Hasta hace poco, los dirigentes, encabezados por
Blatter, se negaban siquiera a responder respecto de irregularidades en la
indicación del país asiático.
Pero, sospechosamente, la FIFA había lanzado un torpedo
público, la semana pasada, viendo la posibilidad de dejar sin efecto la
indicación de Qatar, como sede de la Copa Mundial de Fútbol de 2022.
Sabían, claro, que saldría para conocimiento público lo que
ellos ya conocían y escondían.
Pues salió nomás.
En su edición de hoy, domingo, The Sunday Times,
hartamente documentado, publicó reportaje en el que muestra que Qatar, a través
de su ciudadano, Mohamed Bin Hammam, entonces miembro del Comité Ejecutivo de
la FIFA, sobornó a dirigentes de la
entidad con US$ cinco millones (Cinco millones de dólares) para conseguir su
indicación.
Las pruebas son tan claras y contundentes que, de
cierto, una de las primeras medidas del Comité Ejecutivo de la FIFA, que se
reunirá durante la Copa Brasil-2014, será la de anular la referida indicación.
Recordemos que una de las pautas de esa reunión, es la
reelección de Joseph Blatter.
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