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Marcelo Martins Moreno, Ronald Raldes y Erwin Saavedra: experiencia y juventud, para la victoria. |
Bolivia se quedó con los tres puntos, porque tuvo disciplina táctica y aplicación,
nada más que eso; lo que significa mucho
para el fútbol boliviano.
Buena tarde del arquero
Quiñones; dos laterales, Rodríguez y M. Bejarano, con órdenes de subir
solamente cuando sea preciso; dos zagueros centrales, Raldes y Zenteno, también
fijos y sin rifar el balón; dos volantes de marca, Flores y Azogue, encargados
de recibir el segundo balón para iniciar el ataque con la incumbencia de evitar
perder el balón en la intermediaria y no fallar en el pase; un volante libre, Jhasmani
Campos, encargado de armar el juego; dos volantes delanteros, Escobar, por la
derecha y Arce, por la izquierda, para entrar en diagonal, pero también
encargados de marcar; y un centro delantero, Marcelo Moreno, con la libertad de
salir del área grande y crear espacios para sus compañeros. Esa fue la fórmula
del entrenador Ángel Guillermo Hoyos, apenas modificada por la lesión de Jhasmani.
¿Algo nuevo en el fútbol de
la selección boliviana? Si, algo importante: la disciplina táctica, producto de
los entrenamientos, lo que ya es considerable para el nivel del fútbol
nacional.
Sin embargo, esa receta de
cierta forma fue favorecida por que al frente tuvo a un equipo peruano joven,
poco canchero, pero bastante violento (la lesión de Jasmani es producto de esa
fórmula). Su entrenador Gareca dio preferencia a lo físico, en función de la
altura.
A Gareca le estuvo
funcionando su propuesta, hasta que a los 20 minutos las circunstancias
hicieron con que Diego Wayar ingresase al campo en lugar de Jhasmani. Wayar le dio más vigor a la marca en el medio
sector y mayor velocidad a la rotación del balón. La libertad de acción de los
peruanos disminuyó considerablemente y el ataque boliviano, con Arce, Escobar y
Martins, pasó a tener mayor asistencia.
En una de esas jugadas, a
los 31 minutos, Pablo Escobar recibió el balón solo desde la izquierda y lo
envió por encima del travesaño peruano.
Seis minutos después, por la
intermediaria de la derecha, se produce una falta a favor de Bolivia y Pablo Escobar
batió muy bien la falta, marcando el primer gol del partido.
Después del descanso, el
segundo tiempo comenzó con la evidencia de una de las características del
fútbol boliviano: En vez de continuar buscando el ataque, dio espacio para que
los peruanos dominen el partido y dicten el ritmo. Un peligro, porque había
ingresado el delantero y goleador peruano Paolo Guerrero, a quien no se le
puede dar espacios.
Quiñones comenzaba a
destacarse en el arco boliviano, lo que denotaba la superioridad peruana.
Frente a esa situación, a
los 62 minutos, el entrenador de la selección nacional reacciona y refuerza la
marca boliviana, con la entrada de Erwin Saavedra en lugar de Pablo Escobar,
cambio que traía el valor agregado de que el equipo no perdía poder ofensivo, debido
a las características del joven Saavedra.
Equiparadas las acciones,
Marcelo Martins comenzó a aparecer, marcando, abriendo espacios y disputando los
balones que por arriba le llegaban.
A los 88 minutos llegó el
premio al esfuerzo y a la disciplina táctica del equipo boliviano. El capitán Ronald
Raldes marcó el segundo gol, cabeceando un balón enviado por Bejarano, después de
un córner muy bien cobrado desde la izquierda.
Victoria que por las
circunstancias sirvió para la explosión emocional en cada uno de los integrantes
del equipo nacional y para disimular las carencias de la hinchada.
Raldes, Flores, Escobar y
Martins, que habían sido preteridos por el anterior seleccionador, son
importantes porque con su experiencia, le dan el equilibrio necesario a un
equipo que necesitaba recuperar su autoestima.
Quiñones, Rodríguez, Zenteno Bejarano, Wayar, Saavedra, Jhasmani y Azogue,
tienen el compromiso de demostrar el equilibrio necesario para ganar la
posibilidad de tener continuidad en el equipo.
Y a los otros futbolistas
que no jugaron les queda la obligación de seguir entrenando para encontrar su
lugar.
Pero, ojo, contra Perú, fue
apenas una victoria alcanzada como local, con dos goles de balón parado.
Vamos con calma, porque no
todos los adversarios son iguales.