La gran actuación del arquero boliviano Lampe, frente a Chile, debe ser motivo de preocupación para el entrenador Hoyos. |
Lampe, el arquero, fue el
mejor jugador de la selección boliviana de fútbol, que empató contra la
chilena, 0 x 0, en juego por las Eliminatorias Sudamericanas para Rusia-2016.
¿Y eso debe agradarnos o
preocuparnos?
Agrada, porque garantizó un buen resultado, porque se vio un
cambio de actitud en el equipo, que jugó un fútbol más solidario y porque significó
la conquista de un punto, de visitante.
Pero debe ser motivo de preocupación para el entrenador Hoyos,
porque, al igual que Quiñones durante el juego victorioso contra Perú, el destaque fue el
guardameta boliviano.
Y cuando el arquero es el
mejor de un equipo, significa que los adversarios atacaron muchísimo más, lo
que, de por sí, nos lleva a advertir que la marca es deficiente.
Esa constatación puede
parecer contradictoria, porque saber marcar también es una virtud.
Es una virtud, cuando se recupera
el balón y se sabe qué hacer con él, de inmediato.
Pero la selección boliviana
carece de argumentos ofensivos y eso se viene constituyendo en un problema
crónico.
Rechazar sin apoyar es lo
que hicieron los 11 jugadores de la selección de Hoyos, inclusive los
delanteros Duck y Martins Moreno, frente a Chile.
Marcar, recuperar el balón y
comenzar un ataque ofensivo, planificado, entrenado y concluir la jugada, eso
la selección boliviana no tiene.
Apenas se concluyeron dos
jugadas con Arce y Azogue.
La hinchada tiene todo el
derecho de hacer fiesta por el empate contra Chile, lo merece, pero es bueno
que alguien reflexione respecto de nuestras deficiencias.
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