Edificio de la Federación Boliviana de Fútbol, en Cochabamba, donde no se decide nada. |
Brasil
y Ecuador, los próximos adversarios de Bolivia en las Eliminatorias
Sudamericanas a Rusia 2018, ya convocaron a su elemento, lo que denota que sus
entrenadores ya saben lo que desean de sus equipos.
Y
el entrenador de la selección boliviana, Ángel Guillermo Hoyos, bien gracias. Y
la comisión seleccionadora, mutis y gracias.
A
Hoyos habría que avisarle que el próximo partido de Bolivia es el 6 de octubre,
contra Brasil.
Conociendo
los adversarios y el fútbol que ellos practican y olvidándose de las ambiciones
personales de dirigentes y de representantes de futbolistas bolivianos, Hoyos ya
debería haber anunciado la lista de convocados, porque para cada jugador
convocado, siempre hay alternativas, caso existan lesionados.
Se
entiende que el no saber si se suspende o no el torneo de la Liga es factor de
tiempo, para el inicio de los entrenamientos, pero eso no impide dar a conocer
la lista de convocados. El hecho de que se esté aún debatiendo el valor de los
premios y bonos a pagar a los jugadores, con la indebida interferencia de Fabol
(Futbolistas Agremiados de Bolivia), una vez más, también no es problema del
entrenador.
En
fin, la selección boliviana se está “preparándo” bien al estilo del fútbol
boliviano.
En
medio a esa lamentable situación, lo que más llama la atención es el silencio del
presidente de la Federación Boliviana de Fútbol, Rolando López, porque
los únicos que aparecieron en los medios de comunicación para hablar de
la selección son dirigentes de la Liga que, mismo siendo también dirigentes de
la Federación, actúan con una falta de respeto absoluta a la jerarquía
administrativa. Es una lamentable dualidad de poderes, cada vez más acentuada
en el fútbol boliviano, cuyo comando es disputado como un verdadero botín.
Todos
se olvidan que la selección de los países está siempre bajo los reglamentos de
la Fifa, bajo la responsabilidad de la Federación de cada país, donde las ligas
y otras entidades, como las que se dicen representantes de los jugadores, no
tienen absolutamente nada que hacer. En el caso boliviano, creando un
precedente muy serio, la Liga y aliados, son los que mandan en la selección.
Parece que, de facto, el presidente de la Federación, Rolando López fue
destituido del cargo.
Los
derrotados en las últimas elecciones para la presidencia de la Federación
Boliviana de Fútbol, que finalmente eligió a López, consiguieron
maniobrar muy bien (lo que no quiere decir que sea correcto) y se hicieron del
poder.
Si ellos van a continuar con ese poer, solo se sabrá después de los resultados de la
selección en los próximos partidos.
Porque,
irónicamente, los resultados que se consiguieron en los dos últimos partidos,
frente a Perú y a Chile, con cuatro puntos conquistados, alimentó el ego de
dirigentes, futbolistas y sus “representantes”, que solamente aparecen cuando
hay victorias.
Pobre fútbol boliviano.
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