GRUPO A
Mientras Brasil permanece inmóvil en el medio sector y
en ataque, es un equipo simple, sin sorpresa y que no entusiasma a nadie.
Pero cuando los jugadores se presentan y se muestran para
recibir el pase, ahí aparece el verdadero fútbol brasileño.
Y más aún, cuando quien recibe el pase se llama
Neymar, surge el fútbol candidato a campeón.
Pena que esa segunda alternativa no sea la más continua
y regular.
Cuando estaba parejo, pese a que Brasil atacaba más, Luiz
Gustavo robó un balón en la banda izquierda de la intermediaria, avanzó y, pese
a la marca de dos adversarios, colocó un centro rastrero para que Neymar con
toque sutil, de derecha, marque el primer tanto. Nada de más. 1 x 0, a los 16
minutos.
Ahí volvió la monotonía de arranques de Hulk por la
derecha, Neymar por la izquierda y las llegadas esporádicas de Marcelo por la misma
banda.
Aparte de no haber sorpresa por la banda derecha, pues
Dani Alves está apático en ese torneo, no existe en el medio campo brasileño un
hombre capaz de dictar el ritmo, de ordenar, de organizar, en fin, de liderar.
Y los adversarios, como Camerún, el de hoy, perciben,
se animan, y le marcan goles, como el de Matip, a los 26 minutos. 1 x 1.
El gol mostró a un Brasil y sus deficiencias crónicas
de secuencia de jugadas y de pertenencia del balón; así como tiene dificultades
en recuperarlo, las tiene en mantenerlo.
Precisó ser nuevamente Neymar y su habilidad veloz,
para sacar del sofoco a un Brasil que acepta y deja que el adversario llegue
hasta su área sin pedir licencia.
Con un corte hacia su perfil derecho el ahora goleador
del torneo, marcó el segundo tanto brasileño, a los 34´.
Y se fueron al descanso.
Parece que hubo bronca en los camarines, pero lo que
sí hubo fue cambio; Paulinho dio lugar a Fernandinho.
Y Fernandinho participó de la creación del tercer
tanto, a los 49´, cuya bola cruzada por Davi Luiz redundó en el primer gol de
Fred, el tercer tanto de Brasil. 3 x 1.
Más calmo y con dos goles de ventaja, los brasileños pasaron
a dominar la ansiedad y a tocar con más tranquilidad.
Los cambios se ameritaban y Felipão los hizo. Salieron
Neymar y Hulk, entraron William y Ramírez. El medio campo quedó más compacto y
más marcador, sin perder poder ofensivo.
El fútbol práctico que Felipão desea para su selección
quedó demostrado con la triangulación entre Oscar, Fred y Fernandinho, volante
que llegó de sorpresa por el lado izquierdo de sorpresa, a los 83´, para marcar
el cuarto gol.
Del primer para el segundo tiempo, Brasil demostró
evolución.
Con un fútbol práctico, compacto y un equipo aún en
formación, Brasil termina en primer lugar en el grupo A y México le espera el sábado
28 de junio, ya por los octavos de final.
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