Trabajadores del Metrô de São Paulo, protestan contra el gobierno estadual que es de oposición al gobierno de Dilma. |
Escucho y leo opiniones de periodistas, analistas y
comentaristas, respecto del la Copa Mundial de Fútbol Brasil-2014 y su “relación”
con las huelgas y protestas de varios sectores.
Hago cuestión de escribir la palabra relación entre
comillas, porque, con poquísimas excepciones, esas protestas nada tienen que
ver con el Mundial de Fútbol.
En Brasil, en Bolivia o en cualquier país del mundo,
sobretodo del tercer y cuarto mundos, la
proximidad de un evento de ese porte, es aprovechado por sectores sociales de
trabajadores estatales, o sectores sociales carentes, como personas sin casa
propia o estudiantes, para colocar en pauta sus reivindicaciones porque saben
que los gobiernos se encuentran más vulnerables, debido a la natural
repercusión mundial de los hechos.
Nuestros analistas de turno, atendiendo a sus
simpatías político ideológicas, involucran esas protestas con la crisis
económica y a la “mala administración” del gobierno de Dilma Rousseff que “no
siguió la misma política social de Lula da Silva”. Otro ledo engaño.
Señoras y señores, en año electoral, todos,
absolutamente todos los sectores de una sociedad (y la brasileña no es
excepción) aprovechan para sacar ventaja de la situación, porque saben que los
gobiernos tendrán más cuidado en las respuestas y/o en las posibilidades de
atender (o no) esas reivindicaciones.
La coincidencia con la realización de la Copa Mundial
de Fútbol aumenta, claro, el efecto.
Ahora, en el caso de Brasil y el Mundial de Fútbol,
esa situación está siendo debidamente aprovechada por la oposición política
como por los medios de comunicación, también oposicionistas, de una forma
oportunista y, lo peor, manipuladora, sabiendo la repercusión internacional.
Y en Bolivia, claro, de cierta forma también
oposicionista (sabiendo de la afinidades ideológicas entre los dos gobiernos),
se repiten y repercuten las noticias que llegan provenientes de esa
manipuladora forma de hacer periodismo.
En tiempo, respecto a los gastos (realmente excesivos)
con la construcción de las 12 sedes de la Copa Mundial, es necesario informar que si el gobierno
brasileño, a través del BNDS (Banco Nacional de Desenvolvimiento Social) desembolsó
dinero, el mismo deberá ser recuperado con las recaudaciones de juegos
provenientes de los dos torneos nacionales así como estaduales, disputados por
los clubes dueños de las arenas. Esas rentas, ya están providencial y
anticipadamente retenidas por vía contractual.
La copa comenzará en 3 días y no tengo dudas de que
será un éxito técnico y económico.
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