GRUPO B
Podríamos hablar del primer tiempo cuando se fueron al
descanso empatados 1 x 1.
Pero el segundo tiempo fue tan sorprendente, que difícilmente
el más entendido de los analistas de fútbol imaginaría. Por más holandés que
fuere. Imagínense los españoles.
Fue el típico juego en el que la palabra mágica del fútbol
se impuso: confianza.
Confianza en sus propias posibilidades y su propio
destino.
Holanda no solo se vengó de la derrota sufrida en la
final de África-2010, como también se dio el lujo de humillar a los últimos
campeones del mundo.
Que en el
segundo tiempo pesó la mayor juventud de los holandeses, sobre todo en el medio
sector, eso no se puede negar, pero, tuvo un peso mayor, creo, los pases
siempre ofensivos de los victoriosos, precedidos por una marca a presión en
todos los sectores.
Es difícil dar destaque a un solo jugador más aún
tratándose de un preciosista juego de conjunto de los holandeses.
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