GRUPO B
No hay motivos para buscar explicaciones.
Chile fue más equipo, si por equipo entendemos
conjunto, bloque, unidad.
Confirmando su gran fase generacional, los chilenos
fueron superiores a los españoles en fútbol y en equipo.
A los 20 minutos quedó formalmente demostrado que los
chilenos querían el partido.
Recuperación e balón en la intermediaria derecha,
avance con cambio e pases, triangulación perfecta y conclusión de la jugada por
parte de Vargas: 1 x 0.
España, herida y dolida, como un toro en final de
faena, se mandó al ataque, pero como hace muchos años no se veía, desordenada.
Con gran personalidad, los chilenos marcaban,
recuperaban y atacaban, sin tregua.
Hasta que en una de varias faltas sufridas, Vargas
cobró un tiro libre y Casillas, quién diría, en lugar de encajar el balón, dio rebote
y Aranguiz aprovechó para colocar el esferico en el fondo del arco, para
delirio de la hinchada chilena que invadió el Maraca en gran número, y
pesadilla de los españoles en Río de Janeiro y en España. 2 x 0.
Como no podía ser de otra forma, los españoles
volvieron para el segundo tiempo decididos a encontrar el camino del gol. Y
partieron con todo, pero el desorden continuaba.
Chile, más cauteloso, concedió el terreno, pero seguía
marcando bien y partiendo en velocidad para el contra ataque, mejor.
Y esa fue la tonalidad del partido hasta el final.
Chile recuperaba el color rojo para sí e inscribía su
nombre en los octavos de final.
A los chilenos les esperan los holandeses para decidir
en cancha quién será el primero del grupo B.
A España le queda la obligación de despedirse bien frente
a Australia, culminando la caminata de una generación de futbolistas que le
dieron muchas glorias y un campeonato mundial.
Ambos cotejos se jugarán el 23 de junio.
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