La noche del martes, entró al estadio Félix Carriles de Cochabamba, la imagen misma del fútbol nacional.
Aparte de ser eliminado, Wilstermann mostró al mundo, para delirio de Fox Sports, la pobreza económica y de espíritu deportivo que reina en nuestro balompié.
Un equipo desfigurado y sin comando, ntentando disimular lo evidente: falta de estructura emocional y futbolística.
Yo no sé si Carballo, el capitán y “técnico”, se dedicaba a jugar o a analizar a su equipo. Al final, ninguna de las dos cosas las hizo bien; y no por su culpa.
Antes mismo del partido, nuestro “club representante” ya había dado un paso en falso, propio del “cuarto mundo” futbolístico: Sus visitantes del Audax chileno, tuvieron que ir al estadio en radiotaxis, ante la falta de un ómnibus que los transporte, responsabilidad que era del club aviador.
Lamentable, con ese cuadro tan deprimente, no podía mismo avanzar a la otra fase de la Sudamericana, a pesar del empate a un gol.
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