Ya pasó con Bolívar y Vladimir Soria; ahora es la vez de The Strongest y Oscar Sánchez (foto).
Puede parecer contingente la presencia de Sánchez en la dirección técnica del Tigre, pero, sinceramente, para mí, no lo es.
Creo que los dirigentes tomaron la medida cierta para las circunstancias y el resultado puede ser alentador.
Primero, que Sánchez conoce a sus ahora comandados porque hasta hace poco eran sus compañeros de infortunio. Por lo tanto, como amigo y capitán, debe ser respetado.
Segundo, sabe en demasía sobre la característica de cada uno de ellos e, inclusive, entiende sus atributos y deficiencias fuera de la cancha, pues no hace mucho formaba parte del grupo como jugador.
Tercero, habla el mismo “idioma” futbolístico y no debe ser complicado que le entiendan.
Recuerdo que en Cochabamba (2001), Bolívar ganó a Oriente Petrolero, con Vladimir Soria como entrenador, después de la salida de Luís Galarza, y fue campeón.
En la cena conmemorativa que se siguió a la conquista, a la cual estuve presente, ningún dirigente bolivarista confiaba en Vladimir; todos, a rigor, expresaban la necesidad de contratar un técnico para la Libertadores que se siguió.
Vladimir permaneció y Bolívar hizo una gran campaña.
El Tigre y Sánchez puede ser un híbrido similar.
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