No sé si Ricardo Bajo (director del semanario La Época) volverá a publicar su columna (Goles son amores) y en donde. Pero me comprometo a decirles así que sepa.
Lo que sí sé, es que el texto que les presento abajo (y que gentilmente me hizo llegar mi amigo y lector, periodista Christian Pablo Vera Ossina ) es una visión crítica del fútbol boliviano y sus actores, que vale la pena leerla.
Por eso, la comparto con ustedes.
GOLES SON AMORES
El fútbol, a la deriva
Ricardo Bajo H.
A ratos pienso que hay una conspiración contra TheStrongest de cara a su centenario. A ratos pienso que la conjura en verdad es contra el propio fútbolboliviano. Da pena acudir los domingos a la cancha. Y da pena porque nuestro nivel cada día desciende un peldaño. Quería hablar del Tigre en mi primera columna retomada pero me sale pena, parafraseando al granVallejo. Pena y tristeza porque nuestro nivel futbolístico está en el fondo de Sudamérica y lo que es peor, no hay visos de solución. Y a los hechos me remito:
1.- Los jugadores se caracterizan por su bajo nivel futbolístico, por su deambular por la cancha (¿se hanfijado que la mayoría camina?), por sus reiterados actos de indisciplina, por los casos y casos de dopaje (con drogas de diversión, ni siquiera para mejorar rendimientos), por su incapacidad a nivel gremial de hacer respetar sus derechos con sus paros fantasmas, por su ausencia de conciencia a la hora de cumplir con sus obligaciones… ¿Cuántos jugadores tenemos en clubes de prestigio en el exterior?
2.- La dirigencia tiene como "virtud" las roscas y la más escandalosa falta de profesionalismo a la hora de manejar lo que fundamentalmente es deporte y negocio. Ni saben de lo uno ni menos de lo otro. Y de muestra el drama stronguista: unos cuantos ex dirigentes quieren sacar a un presidente inepto para salir en la foto del Centenario. Y mientras la institución pierde lo poco que tenía. Y mientras se tolera y premia la indisciplina y se coloca a un entrenador sin la más mínima experiencia en el banco. Y mientras el público se aleja del fútbol porque todo huele a podrido aburrimiento. Y mientras siguen entrando dos milpersonas "libres" al Siles...
3.- Los árbitros son tan malos como nuestro fútbol o peor. Y la respuesta del entrenador perjudicado (SanJosé, ayer) es que los dirigentes del equipo contrario (The Strongest) han comprado al colegiado. Nos queda uno bueno: Ortubé y encima lo pegan brutalmente como en Tarija.
4.- El periodismo deportivo y sus grandes popes "esconden" la disciplina, socavan a la dirigencia ineficaz y errática (¿por unas cuantas entradas?) critican un paro justo en demanda de los derechos laborales de los jugadores (¿porqué si no hay fútbol, no cobran la publicidad de las retransmisiones?), se dedican a vender productos (en especial radio y televisión) en vez de informar y criticar…
5.- Y la hinchada: ¿de verdad tenemos la cultura y pasión futbolera suficiente y mínina para estar en otro lado, para salir del pozo? ¿O vamos a la cancha sólo cuando nuestro equipo va a dar la vuelta? La Paz con sus dos grandes clubes en estado de coma y sus hinchadas anestesiadas es un ejemplo nomás. La selección y su apego por la derrota es exclusivamente un reflejo del "delirium tremens" del fútbol nacional. ¿Debe el Estado tomar cartas en el asunto teniendo en cuenta que el balompié es quizás el único aglutinador nacional todavía vigente y pujante? ¿Le tenemos miedo a la mafia de la FIFA? Esa es mi única duda. Mi sueño ingenuo de que cuando tocaramos fondo ibamos a poner manos a la obra para dejar de ser la Cenicienta se ha roto, hace rato. Y mientras tanto nuestro mejor referente futbolero en el extranjero es Evo y sus pichangas.
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