LA FALENCIA DEL FÚTBOL
Los presidentes de los clubes profesionales de Brasil
se reunieron ayer con la presidenta Dilma Rousseff.
En pauta, estaba encontrar fórmulas para realizar
profundos cambios en la gestión del balompié pentacampeón.
La presidenta quería oír ideas para tanto.
Sin embargo, los millonarios dirigentes fueron a “llorar”
e “implorar” el perdón de las millonarias deudas impositivas que, por mala gestión de los llorones, colocaron
en la falencia a todas esas instituciones.
Al contrario, los dirigentes brasileños tuvieron “la
cara de palo” (durísima) de pedir más dinero “a fondo perdido”.
Resultado: la reunión fue totalmente improductiva.
Resta saber si el gobierno de la presidenta Rousseff
va a perdonar esos impuestos o si los va a cobrar como lo hace hasta con el más
simple de los brasileños.
En mi modo de entender, Dilma debiera evitar el crecimiento
de la bola de nieve y, en lo mínimo, programarles la deuda, pero que paguen y
dejen de contratar jugadores a quienes no consiguen pagar.
Con ello, quién sabe, la primera autoridad brasileña
da un ejemplo a otros países, como Bolivia.
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