El Mundial de fútbol ha concluido.
Y es hora de volver a nuestra realidad, la realidad boliviana.
Durante la Copa, mantuve prolongada conversación con
un famoso futbolista que vistió la casaca de los mayores equipos bolivianos con
mucho destaque.
Me contó, lleno de rabia e impotencia, que estaba
cansado de ver y saber que entrenadores, en complicidad con dirigentes, continúan
cobrando porcentajes de los jugadores para llevarlos a clubes y conseguirles un
contrato.
El esquema montado y practicado hace años en el fútbol
boliviano, es simple: el entrenador (no todos, claro) es contratado por un equipo e indica o
lleva uno o más jugadores al equipo que va a entrenar y, a sabiendas y en
complicidad de algunos dirigentes, estipulan un porcentaje de la prima y de los
sueldos mensuales, porcentaje que el jugador debe pagar para que se dividan el
entrenador y el dirigente.
Esa práctica hace con que personas que no tienen
capacidad futbolística para jugar en equipos profesionales consigan ser contratados, y
que jóvenes con capacidad técnica y física, sean relegados y tengan frustradas
sus carreras, lo que explica, de cierta forma, el hecho de que no aparezcan
revelaciones en el fútbol boliviano.
- - Gracias
a Dios yo nunca tuve que pagar, pero me dan pena los futbolistas que no tienen
destaque y que para poder trabajar, tienen que someterse a esa práctica –
explicó al blog el interlocutor – Eso todos saben, pero callan - concluyó.
Por compromiso profesional y en respeto incondicional al secreto de fuente, el blog mantendrá en
reserva el nombre del futbolista para no perjudicarlo.
Sin embargo, creo que los futbolistas que sufrieron
ese tipo de asedio profesional en el fútbol boliviano, deben salir a la
palestra y denunciar, para acabar con esa práctica criminal.
El blog está a disposición.
En tiempo, debemos reconocer que esa maña es común
también en otros países.
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