La Mercedes se pasea por el GP de España, como todo este año. |
Pasaron ya cinco grandes premios de la Fórmula 1 y cada
vez más una de mis muchas dudas aumenta: de que si realmente el automovilismo puede
ser considerado deporte.
Como espectáculo es atractivo, pero como competencia
entre seres humanos, condición básica del deporte, es ambigua.
Me pregunto, ¿Por dónde andan el cuatro veces campeón Sebastian
Vettel y su poderosa Red Bull?
No creo que sea peor piloto que los tres años
anteriores.
Ahora es la vez de Lewis Hamilton y su imparable
Mercedes Benz, que hoy vencieron por cuarta vez consecutiva, ahora el gran
premio de España.
Y no creo que el británico de la noche a la mañana sea
mejor piloto de lo que fue en los tres últimos años.
La respuesta es clara: en el automovilismo, el hombre
depende de la máquina.
Entonces, disputa entre máquinas, no puede ser
considerada deporte.
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