Desperté con la firme idea de, por la tarde, ir al estadio
Hernando Siles de La Paz, para ver el choque entre The Strongest (32) y Universitario
(34) de Sucre, pues vislumbraba un buen cotejo, teniendo en vista que ambos
equipos son candidatos al título.
Era el típico encuentro en el que 6 puntos estarían en
juego.
Como el encuentro estaba marcado para comenzar a las
15h00, tuve el cuidado de estar en Miraflores a las 14h30; busqué dónde
estacionar, fue difícil, pero encontré un lugarcito.
Aliviado, pensé en comprarme una entradita en la curva
norte, lugar que pertenece a Bolívar y, por lo tanto, imaginé estaría casi
vacío.
"Primero, un rico sandwich de chorizo y al comenzar el segundo tiempo, un cafecito con pucacapas" - eran mis planes.
"Primero, un rico sandwich de chorizo y al comenzar el segundo tiempo, un cafecito con pucacapas" - eran mis planes.
“Jefe, 5 pesitos”, me dice una señora, preocupada en
equilibrar en su boca algún alimento. Es el precio “camarada” que se paga para
dejar el coche en la calle. “cuando hay clásico es 10 pesitos”, se apresura a
decirme, al oír mis reclamos.
Cuando ya me alistaba para cerrar el coche, le escucho
protestar a mi estimado amigo Quique Rivera, relator del programa La Red Deportiva de Bolivia.
“!No es posible que el árbitro no haya llegado al Siles!”, grita Quique.
Alerta suficiente para volver al auto y esperar la
noticia completa. Llega: faltaban 10 minutos y no había árbitro, pues su vuelo,
desde Trinidad, Beni, había sufrido un percance.
Claro que para solucionar esos imponderables está el “cuarto
árbitro”, raciocinio dentro de mí, pero, conociendo el fútbol boliviano, espero
prudentemente, mientras la “dueña” de la calle Carrasco, me mira y no entiende
nada.
“Ya hemos llamado a un árbitro que está viniendo desde
Oruro; en este instante está en Patacamaya”, dice Marcelo Ortubé, vice ministro
de deportes del Estado Plurinacional de Bolivia y (esta es Bolivia) aún
presidente del Colegio de Árbitros de la Liga.
“¿En Patacamaya?!” Exclama Quique, “!va a tardar hora
y media!” concluye, calculista.
Mientras tanto, a las 16h00, dirigentes de ambos equipos,
el veedor y el vice ministro, se encerraban para una reunión, urgente.
Media hora después, anuncian, solemnemente, que el
partido había sido suspendido y que será jugado el lunes, a las 20h00.
Decisión salomónica, para atender intereses de ambos
equipos, socapar las fallas de organización, incumplimiento absoluto de las
normas.
La explicación de Ortubé: No se utilizó al Cuarto
Árbitro, porque él es de La Paz y “los equipos bolivianos son muy susceptibles
al regionalismo”.
Noten ustedes que en ningún momento mencioné al
público; es que, para todos, absolutamente todos los actores envueltos en esta tragicomedia,
el público es lo que menos interesa, tanto es así que a las 6 de la tarde
todavía había gente haciendo fila para que le den una seña con la que volverá
al Siles, mañana lunes.
Estimadas y estimados lectores del exterior de Bolivia,
no estoy confundiendo crónica con ficción, simplemente estoy contando lo que sucede en la Liga del
Fútbol Profesional Boliviano.
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