Sr presidente:
Hemos acompañado su
larga caminata y lucha personal para conseguir que la opinión pública, boliviana
e internacional, acepte como totalmente posible, que un hombre simple, de
origen campesino, sea el encargado de encabezar un largo proceso de cambio en
un país pobre y víctima de preconcepto socioeconómico histórico.
Ese largo camino recorrido
y los logros alcanzados, tienen mucho que ver con su persona, que supo sobreponerse a los desencuentros dentro de su
propio partido (MAS) y las críticas y ataques por parte de sus opositores,
nacionales e internacionales.
La simplicidad de la figura del presidente del Estado Plurinacional Boliviano, Evo Morales, es
reconocidamente simpática en el mundo exterior, por transmitir una humildad que
acreditamos ser sincera, pese a que muchos analistas internacionales la
consideran producto de una práctica populista.
Dentro de esa humilde
sinceridad, señor presidente, está su gusto por el deporte y sobre todo por el
fútbol, lo que de forma alguna puede ser considerado un acto populista, por el
mismo hecho de que el fútbol es una actividad social aglutinadora y popular,
quizá la más importante de la actualidad.
Todos los bolivianos
queremos que nuestro fútbol avance y esté entre los primeros de nuestro
continente y para eso, personalmente, como periodista deportivo, he dedicado mi
trabajo, por obligación, a exigir de los futbolistas profesionales, mucho
esfuerzo, sacrificio, dedicación integral y ética, porque, fuera de ese
comportamiento, acredito, estarán contribuyendo para el deterioro del fútbol
boliviano.
Y por lo que conozco de
su persona y por sus permanentes declaraciones y acciones de apoyo al fútbol
nacional, creo que Ud. es el primero a pedir de nuestros futbolistas disciplina
y entrega.
Con todo respeto, señor
presidente, le digo que de confirmarse su fichaje por un equipo que participa
de los torneos de la Liga del Fútbol Profesional Boliviano, estará yendo por
camino contrario a todos sus principios personales con respecto al comportamiento
deportivo ciudadano. Usted sabe que sus recargadas tareas como jefe de Estado
le impedirán que se coloque a la par de sus eventuales compañeros de equipo en
lo que a prácticas, concentraciones y juegos oficiales se refiere.
Sabemos que históricamente
en Bolivia, nuestros dirigentes, presidentes de federaciones, ligas y clubes,
llegan a esos cargos, más por su fuerza económica o política, que por méritos
al servicio del deporte. A eso se debe, en parte, el caos de nuestro fútbol. Y,
en mi modesto entendimiento, percibo que justamente para cambiar ese estado
lamentable de cosas, fue creado por Ud. el Ministerio de Deportes en el país, por lo
que mucho nos hemos alegrado.
Señor presidente Evo
Morales, a todos los bolivianos y bolivianas que hemos vivido más de la mitad de nuestras vidas en el exterior del país,
nos gustaría continuar viviendo
con la satisfacción de saber que la opinión pública internacional considera que
tenemos un presidente que mantiene la humildad y que es practicante del más
popular de los deportes, el fútbol, cuando su tiempo así lo permite.
El fútbol profesional,
señor presidente, requiere tiempo integral de sus futbolistas, lo que no es, ni
será su caso.
Están queriendo usar su
figura, señor presidente, y si eso acontecer, lejos de traerle satisfacción al país,
podrá acarrearle un desgaste innecesario de su figura deportiva.
“El fútbol es un juego,
no una broma” (JGC).
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