Primer tiempo de un The Strongest jugando y defendiendo con personalidad y atacando así que posible.
Normal, porque el que tenía que preocuparse en
alcanzar el gol adversario era el equipo local, Vélez.
El guión era ese, como suele serlo siempre que hay
visita y anfitrión.
Y puntos importantes en juego.
Porque los locales saborearon varias veces la
velocidad del contra ataque de los visitantes, generalmente por la izquierda,
en jugadas elaboradas por Escobar y Alfaro, que contaban siempre con la
complicidad de Cristaldo en el apoyo.
Por la derecha, Parada y Nelvin Soliz hacían lo propio,
acudidos permanentemente por Chumacero, ya sea para atacar como para defender.
El peligro más latente para el Tigre estaba en sus
propios pies, pues innecesariamente se apuraban, cuando lo prudente era trabajar
más el balón e invitar al adversario a que salga de su extrema defensa.
Si eso suceder en el segundo tiempo, The Strongest
puede dar un verdadero susto al Vélez.
Eso espero.
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