El primer tiempo fue parsimonioso, como si el mejor
equipo boliviano del momento, quisiera respetar la camisa del mejor equipo
argentino del momento.
Más movimiento de balón que de hombres; y eso, para un
equipo que marca por zona, como el Vélez de esta noche, es facilitarle las
cosas.
Y los visitantes hasta que intentaron llegar en
contraataque, dando algunos sustitos a los atigrados.
Para el segundo tiempo, matrero, Eduardo Villegas,
entrenador de The Strongest, hizo con que Pablo Escobar, asuma su condición de “hombre
libre”, esto es, que se mueva por donde desee; y así lo hizo el capitán.
Para el primer gol, apareció en el área penal por la
derecha y cortó hacia adentro al arquero que, estirando el brazo, cometió
penal. El propio Escobar se encargó de colocar las cosas en su lugar y con
toque suave a la izquierda del guardamenta argentino, marcó el primero (10´st).
Posteriormente, disciplinado, obedeció a su entrenador
y, confundiendo la marca de los de Liniers, el Pájaro surgió por la izquierda
para recibir un excelente pase de Wayma y, de zurda, cruzado, marcó el segundo
tanto del cotejo (41´st).
Velez sintió, no pudo acompañar la velocidad del toque
de balón atigrado en el medio sector, toque rápido que tuvo un excelente valor
agregado: jugar siempre para adelante.
El entrenador Villegas, inteligentemente, sacó a Pablo
Daniel Escobar de la cancha a los 42 minutos del complemento, no solo para
darle descanso y cuidarlo, si no, para que el público le de el debido y
merecido reconocimiento de haber jugado un gran partido.
The Strongest apenas pecó por apresurarse en el último
toque, en la conclusión de las jugadas y por eso Vélez se salvó de llevar una histórica
goleada.
Los tres puntos se quedaron en La Paz y el Tigre
acaricia la clasificación.
Solo depende de su tradicional garra y de darle
continuidad a su buen fútbol.
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