Y resultó, porque, de penal, después de una jugada
oportunista de Ferreira, Arce marcó el primer gol a los 4 minutos.
Me extrañó que el árbitro no haya expulsado al jugador
infractor.
El gol, claro, desestructuró los planes del entrenador
brasileño Jaime que tuvo que ordenar más consistencia en la marca y cuidados
con las subidas de Arce y Capdevila por la izquierda que, sumados a la buena
movilidad de Ferreira, obligaron a que el capitán y lateral derecho visitante,
Leo Moura, quedara más preso en la defensa, cortando así una de las armas
ofensivas del Flamengo.
Pero al contrario de lo que se suponía, Bolívar no prosiguió
atacando con insistencia, más bien posibilitó que Flamengo se recompusiera en
el medio sector, equiparando las acciones. Con ello, el partido comenzó a
disputarse en la región central.
Al final de los 45´Bolívar se fue al descanso con la
sensación de haber desperdiciado la oportunidad de tener a favor un marcador más
abultado.
Lo que puede pesarle en el segundo tiempo.
Ojalá no.
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