J. Hawilla, en sus tiempos de la Red Globo y, hoy, millonario colaborador de la Justicia de los EEUU. |
Las noticias de corrupción
en el fútbol solamente son desconocidas por quien no acompaña esa actividad.
Esa modalidad deportiva es,
hoy, la representación más cabal del capitalismo mundial, por lo tanto, víctima
de organizaciones que no esconden ninguna arma para conquistar victoria en los
negocios millonarios.
Y el periodismo deportivo es uno de los caminos más rápidos para enriquecer, pero no precisamente porque la profesión
es regiamente pagada, es, más bien, debido a que muchos periodistas deportivos,
con el tiempo, se vuelven hombres show, y, para lograr vender publicidad, atienden prontamente los
requerimientos de empresarios y políticos, que los usan para ganar dinero. En
ese contexto, sin darse cuenta, van
dejando poco a poco el periodismo para volverse "empresarios", practicando el llamado "periodismo de agrado", en un ambiente en
el que la ética es dejada totalmente de lado.
La prueba más cabal de ello
se llama J. Hawilla, ex reportero de la Red Globo de Televisión que, al
confundir periodismo con ventas, se dedicó a la compra y venta de derechos de
transmisión de torneos, pasando a tener igual o más poder que los dirigentes de la Conmebol.
La Traffic, de J. Hawilla, con sede en Sao Paulo, es la mayor empresa de marketing deportivo de América Latina. |
Los negocios con esos dirigentes
eran tan lucrativos que, con el tiempo, Hawilla montó la empresa de marketing deportivo
Traffic y se volvió el hombre más poderoso del rubro, vía sobornos a dirigentes
en Sudamérica.
Ambicioso. J. Hawilla se
dedicó a la compra de los derechos publicitarios en los estadios, a la compra
de jugadores de fútbol, llegando a tener su propia emisora de televisión, repetidora de
la TV Globo, en el interior de Sao Paulo.
Bolivia no estuvo fuera de
las garras de ese periodista empresario brasileño.
En 1997, J. Hawilla, junto con Kleber
Leite (ex presidente del Flamengo) y Ricardo Teixeira, ex presidente de la
Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), fue el dueño y señor de la Copa
América, organizada por Bolivia y jugada en territorio nacional.
J. Hawilla era amigo íntimo de los hombres poderosos de la Conmebol, como su ex presidente Nicolás Leoz, |
Hoy, J. Hawilla vive en los
EEUU e hizo un acuerdo con la Fiscalía Nacional de los EEUU, que aceptó su
colaboración y, a partir de sus informaciones, inició las investigaciones que
redundaron en la detención de 7 altos dirigentes del fútbol latinoamericano;
otros 7 personajes, entre dirigentes de fútbol y empresarios de marketing
deportivo, deben correr la misma suerte.
Previamente, la justicia
norteamericana consiguió el compromiso del ex periodista para la devolución de
151 millones de dólares mal habidos. Antes, sin embargo, J. Hawilla se declaró
culpado de extorsión, fraude electrónica, lavado de dinero y obstrucción a la
justicia.
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