“Estamos
abiertos a trabajar con otros países en este esfuerzo (de investigación)”,
explicó la Fiscal General de la Justicia norteamericana, Loretta Lynch.
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En el ámbito sudamericano, la ligazón actualmente
investigada por los EEUU y Suiza, envuelve a Nicolás Leoz, ex presidente de la
Conmebol; Ricardo Teixeira, ex presidente de la Confederación Brasileña de
Fútbol; José María Marín, ex presidente de la misma entidad; Rafael Esquivel,
miembro del Comité Ejecutivo de la Conmebol, y Eugenio Figueredo, ex presidente
de la Federación Uruguaya de Fútbol y de la Conmebol y (hasta hoy) vicepresidente
de la FIFA; con las empresas que
detienen hace más de 24 años los derechos de transmisión de importantes eventos
deportivos como la Copa América, Libertadores de América y Sudamericana, bien
como las Eliminatorias a la Copa del Mundo.
Esos dirigentes del fútbol sudamericano, que también detenían
(hasta hoy) importantes cargos en la FIFA (Eugenio Figueredo era vicepresidente),
controlan hace mucho tiempo la Conmebol y recibían millonarios sobornos de
empresarios de la comunicación, para explotar los derechos de transmisión de los
torneos.
Para mantener bajo control a la Conmebol, esos
dirigentes se rodeaban de presidentes de federaciones de los países
sudamericanos, dándoles cargos importantes en la entidad, con jugosos sueldos y
beneficios personales, a cambio de sus votos en elecciones. Un verdadero circulo
lujoso y vicioso.
“Delegados
de la FIFA y otros de organizaciones dependientes recibieron propinas y
comisiones – de representantes de medios de comunicación y de empresas de
marketing deportivo – que suman a 150 millones de dólares”; (…) A cambio, los agentes corruptores “recibían derechos mediáticos, de
publicidad y patrocinio en torneos de fútbol en América Latina desde 1991”, informó el Ministerio de Justicia suizo, después de las detenciones.
Por eso, al referirse la justicia suiza a “otros de organizaciones dependientes”,
todo lleva a creer que la investigación se extenderá a las federaciones nacionales
de fútbol y sus dirigentes, que hicieron negocios con las empresas detentoras
de los derechos de transmisión de las copas Libertadores y Sudamericana, Copa
América y Eliminatorias a las copas del mundo.
En el caso de Bolivia, esas empresas detentoras
siempre pagaron anticipadamente por la compra de esos derechos de transmisión,
en contratos totalmente desconocidos por el público y las autoridades.
“Estamos
abiertos a trabajar con otros países en este esfuerzo (de investigación)”,
explicó la Fiscal General de la Justicia norteamericana, Loretta Lynch.
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