Terminó el torneo Clausura
de la Liga del Fútbol Profesional Boliviano y el campeón fue Bolívar.
Premio justo para el que fue
el más regular futbolísticamente, con el mejor elenco del fútbol nacional, por
lo tanto, con el mejor equipo.
Para muchos pasa
desapercibido, pero el campeonato conseguido por Bolívar es una consecuencia de
la continuidad del trabajo institucional, que mantuvo a la mayor parte de los
futbolistas y del cuerpo técnico que conquistaron el torneo Apertura de 2014.
Para cualquier entrenador de
fútbol, no es fácil administrar un grupo de personas, cuyos caracteres e
intereses personales son diferentes; el conseguir nivelar el ego y las características
técnicas de un jugador, es un paso primordial para montar un equipo de fútbol homogéneo.
Y Azkargorta, junto con su cuerpo técnico tuvieron esa cualidad.
Pero ello no sería posible en
Bolívar, sin otro factor importante para alzar el campeonato; me refiero al
trabajo financiero administrativo, muy bien realizado por el “binomio” BAISA – dirigentes.
La Academia (entiéndase BAISA) es la única institución que posee dirigentes
remunerados y esa práctica, lejos de ser negativa, es un avance para el fútbol
nacional.
Callejón, Tenório y Capdevilla, futbolistas extranjeros bien remunerados y, mejor, en día. |
Por eso mismo, clara fue,
también, la tranquilidad con que los jugadores bolivaristas trabajaron y
cumplieron sus obligaciones, sabiendo que sus sueldos estarían en sus cuentas
personales, en los plazos estipulados, con un mínimo de atraso.
Es innegable que el fútbol
(como cualquier otra actividad remunerada) anda de manos dadas con la capacidad
económica de quien lo administra y de esa forma, las conquistas serán siempre
más probables.
Sin embargo, es bueno
recordar que las instituciones deportivas solamente crecen, cuando las
conquistas dentro de la cancha vienen acompañadas por el crecimiento de su
patrimonio y activos fijos. Y en el caso de Bolívar, eso no está aconteciendo.
Pero esa es otra historia.
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