Neymar parte para el abrazo después de marcar su segundo gol, en la clasificación del Barcelona.
Partido en el que el balón
no paraba y alegremente circulaba por todos los rincones del campo de juego en Munich, Alemania.
Y no se podía esperar nada
diferente de dos equipos que no saben jugar a la defensiva o, mejor, tienen gran
vocación ofensiva.
Bayern de Munich y Barcelona
nos regalaron nuevamente un fútbol generoso, regado a 5 goles, disputando una
clasificación a la final de la Champions.
Los españoles clasificaron
por haber marcado tres goles en casa, dos de visita y apenas llevado un par en
cancha ajena. Un 5 a 3 en 180 minutos, placar que vuelve a demostrar que jugando
como local, no se puede perder puntos, mucho menos tomar goles.
Al inicio, el Bayern parecía
dar la pauta del partido, cuando, a los 7 minutos abrió el marcador, por medio
de Benatia, sin embargo, el trío de
ataque latinoamericano del Barcelona, formado por Messi, Suárez y Neymar,
nuevamente funcionó, no solo para armar y marcar los dos tantos (Neymar, 14´y
28´), volcando el resultado, como también para confirmar el por qué América
Latina continua siendo el indicativo del buen fútbol que se juega en Europa.
Si Barcelona fue dueño del
primer tiempo, el Bayern de Munich nunca desistió de imponer su condición de local
en el segundo, buscando (y encontrando) los goles que le dieron la victoria final,
devolviendo el vuelco de resultado, para vencer por 3 a 2. El segundo, por
medio de Lewandowski, a los 13´, y el tercero a través de Miller, a los 28´.
A los 47´, ya al final del encuentro, Neymar, en lugar de
concluir una jugada de gol, prefirió dar el pase para Messi, pero le salió muy
fuerte.
Mérito del Barcelona que
eliminó en dos juegos a un equipo poderoso como el Bayern; espera ahora a su
adversario para la final, que deberá conocer mañana, después del encuentro entre Real
Madrid y Juventus.
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