Los presidentes de Bolívar, Guido Loayza (a la izquierda, arriba), y de The Strongest, César
Salinas (a la derecha en la foto), intercambiaron duras críticas en las últimas horas.
El asunto principal de la disputa es la impugnación presentada por el
Tigre, que deseaba los tres puntos del partido frente a Petrolero, equipo que
había contrariado los reglamentos.
Loayza criticó la impugnación solicitada porque consideraba que los
puntos hay que ganarlos en cancha.
Salinas criticó la crítica de Loayza, por considerar justo el pedido de
impugnación.
El triste episodio, en realidad, es una muestra de la fragilidad
institucional de las entidades que rigen al fútbol boliviano, entiéndase
Federación Boliviana de Fútbol, Liga del Fútbol Profesional Boliviano,
Asociación Nacional de Fútbol y asociados en general.
Nadie, absolutamente ninguna de estas instituciones, respeta lo escrito
por ellos mismos.
El fútbol boliviano es un barco a la deriva, que sobrevive gracias al
mísero dinero que entra a sus arcas, proveniente de la millonaria Conmebol y de
los medios televisivos que compran, en acuerdos oscuros, los derechos de
televisión de sus torneos.
En realidad, ese dinero es lo que realmente interesa, y no más el honor
de ser campeón.
Pero lo más indigno es que los dirigentes se dicen de todo, a través de
los programas deportivos, radiales y televisivos, cuyos micrófonos deambulan en
sus escritorios, sin disimular apoyos a éste o aquél dirigente.
Creo que los medios de comunicación no deben dar cabida a despropiarías
de ningún dirigente, por más publicidad o acuerdos que tengan con ellos, lo
que, además, de por sí, es ya un
atentado contra el propio periodismo, porque ventas, y compras, no tienen nada
que ver con periodismo.
En Bolivia, los programas deportivos (no todos, felizmente) se
convirtieron en verdaderos escenarios para personas que desean aparecer, buena
o malamente. Es necesario saber distinguir entre lo que es noticia o no.
Definitivamente, falta profesionalismo en el fútbol boliviano, inclusive
en los que realizan la cobertura periodística.
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