Parecía de esos juegos
destinados a terminar empatados, donde la marca era superior al juego creativo,
hasta que apareció la genialidad de Messi, que recibió justamente dos pases
oriundos de recuperación de balón y decidió el partido a favor del Barcelona.
El tercer gol, de Neymar, que se inició también en los pies del argentino, fue
apenas el cierre de 15 minutos finales gloriosos.
Tanto el Barcelona como el Bayern de Munich tienen la conjunción de marca-contraataque similar, pero la diferencia
es que el equipo español posee uno de los hombres más desequilibrantes en el
fútbol mundial actual, muy bien acompañado por el uruguayo Suarez y por el brasileño Neymar, también decisivos
en el arte de hacer goles.
Ese desequilibrio estropeó
los planes de Pep Guardiola que veía a su equipo dominar y atacar con prudencia hasta el
minuto 75, con la certeza de poder decidir la semifinal Munich la próxima semana.
Inteligentemente, Pep Guardiola,
entrenador del Barcelona, optó por disputar los balones en su intermediaria, como
fórmula de abrir espacios y para quebrar el cerrojo adversario; la orden era
recuperar el balón y buscar a uno de los tres atacantes: en dos oportunidades
recuperaron y encontraron a Messi y en una a Neymar.
En ese tipo de juegos, con futbolistas que deciden en minutos, no se puede subestimar a
ningún equipo; por ello, esperamos ver otro gran
partido en Munich, el próximo martes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario