El golazo de Miranda fue la coronación de un trabajo bien realizado, fue
el sello definitivo para la conquista de un campeonato que venía con los
colores celeste y blanco desde el inicio mismo del torneo.
Debemos analizar la campaña bolivarista desde un punto de vista
puramente técnico y táctico, dos elementos que fueron muy bien trabajados por el
entrenador Xavier Azkargorta.
La buena gestión en un equipo de fútbol, comienza en compromisos
asumidos y cumplidos.
A rigor, la lógica del campeonato vencido con justicia por Bolívar,
radica justamente en sueldos pagados con cierta puntualidad y la dedicación demostrada
por los futbolistas que cumplieron sus obligaciones, entendiendo que a la
cancha solo pueden entrar 11 de ellos y que los que se quedan en el banco, no
son “suplentes”, si no, más bien, alternativa objetiva, situación que, a lo que
todo indica, quedó bien clara en la
cabeza de todo el elenco, formado por 27 hombres.
Por todo ello, futbolísticamente, dentro de la cancha, el Bolívar
campeón, fue el mejor de todos, no se discute, porque, inclusive, con equipos
diferentes, cuando era preciso, Bolívar demostró una homogeneidad positiva. Los
números así lo demuestran.
No hay comentarios:
Publicar un comentario