La novedad es que Vladimir Soria apuesta en un
equipo con seis jugadores
totalmente hábiles y veloces, pero, sobre todo,
ofensivos (Foto: Late!.Com)
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Bolívar entra al Hernando Siles esta noche para jugar
su segundo partido por el Grupo 7 de la Copa Libertadores de América, a las
20h45 (hora boliviana), frente el León de México. Y lo hace, eso espero yo, convencido
de que solo le interesa ganar, porque
otro resultado, si bien no lo elimina de la competencia, lo deja al borde.
Y lo que el entrenador bolivarista, Vladimir Soria,
anuncia, me deja optimista, estado en el que no me encuentro hace mucho con
relación al fútbol boliviano.
Para comenzar, dos centrales (Gutiérrez y Cabrera) y
dos volantes de contención (Miranda y Flores), darían la impresión de que el
equipo celeste no está dando mucho crédito al poder ofensivo mexicano.
En ese sector, defensivo, por las laterales, figuran
también Yaserotte, por la derecha, y Cardozo, por la izquierda, dos
tradicionales jugadores ofensivos, casi punteros a la antigua, conformando lo
que muchos llaman de una línea de cuatro.
A los “especialistas” en marca, Miranda y Flores, se
suman Callejón y Arce, también con características ofensivas, por la izquierda
y derecha, respectivamente, haciendo la línea de cuatro en el sector medio.
Adelante, Pedriel y Ferreira completan el equipo
cerrando el conocidísimo 4-4-2.
Entonces, dirán algunos, ¿dónde está la novedad? ¿Por qué tanto optimismo?
La novedad es que Vladimir Soria apuesta en un equipo
con seis jugadores totalmente hábiles y veloces, pero, sobre todo, ofensivos:
Yaserotte, Cardozo, Arce, Callejón, Pedriel y Ferreira.
Entonces, dejando de lado el Esquema Táctico (4-4-2), lo
que uno espera es que el “Sistema Táctico Ofensivo” funcione, utilizando
coherentemente los espacios de la cancha. Demostrando, además, que con el 4-4-2 un equipo puede, también, muy ofensivo.
Funcione con Miranda y Flores haciendo la cobertura
cuando Yaserottre y Cardozo apoyen; que Arce y Callejón utilicen las zonas por
sus bandas o en diagonal para dar posibilidad de apoyo y llegada ofensiva a
Yacerotte y Cardozo, y que todos estos, cuando no tengan oportunidad de concluir
las jugadas, triangulando, sirvan de garzones para Pedriel y Ferreira.
Muchos preguntarán si con esos jugadores en cancha
Bolívar no está fragilizado defensivamente; la respuesta creo ser no, porque en
el fútbol moderno todos tienen obligación de marcar, bastando ser disciplinados
en el resguardo de sus sectores.
Buena suerte a Bolívar, pero sobre todo, que se le
cumpla lo que pretende al entrenador Vladimir Soria, lo que significaría un
avance en la concepción táctica nacional, que al final, para mí, es lo que
interesa.
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