Los que eran contrarios al estilo de trabajo de Miguel
Ángel Portugal cuanto a la rotación de jugadores deben hacer un examen de
conciencia; siempre creí que el español tenía nomás razón al querer que
todo su elenco esté preparado y entrenado porque, simplemente, tenían en el
horizonte dos torneos: la Liga y la Libertadores.
Y los resultados están ahí.
Creo que Vladimir Soria, actual entrenador de Bolívar,
debiera abrazar la teoría del español, enfrentar los desafíos y críticas y volver a la rotación.
¿Qué necesidad tenía Bolívar de colocar a Ferreira en el
cotejo frente a San José, por ejemplo? Entiendo la (buena) intención de Soria al darle al
uruguayo la posibilidad de redimirse después del bajo desempeño frente al
Emelec, cuando tuvo dificultades para concluir y definir las jugadas.
Ningún entrenador debe tener temor de sus
convicciones, porque, al final, la responsabilidad de la derrota cae siempre
encima de ellos.
Contra el Emelec, en Ecuador, Bolívar tuvo cuatro
grandes oportunidades y marcó en una de ellas, en otras dos, Ferreira tuvo mala
suerte, porque, la capacidad, no se pierde, a lo mucho disminuye.
En el penal frente al San José, en la derrota (0x1)
Ferreira fue preso de un nerviosismo que
comenzó al final del partido en Ecuador.
Calma, artillero, con marcar otra vez, volverá a la
gracia de la hinchada bolivarista.
Mientras tanto, como es normal, aquí en Bolivia o en
cualquier parte del mundo, tenga la hidalguía de soportar las críticas y bromas…como
la que ilustra este comentario (que la robé no sé de quién).
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