Por Jorge González (22.02.2014)
Hace
un año, el 20 de febrero de 2013, durante un cotejo por la Libertadores de
América, en el estadio Jesús Bermúdez en Oruro, fallecía Kevin Beltrán, a sus
14 años de edad, hincha del San José, víctima de un señalizador marítimo,
lanzado desde el medio de la hinchada de los Gaviões da Fiel, la barra brava
más numerosa, organizada, conflictiva y maleada del Corinthians y del fútbol
brasileño.
Del episodio, resultaron presos 12 miembros de esa
organización, que tiene más de criminal que de hinchada, y permanecieron así
durante 4 meses en la ciudad de Oruro.
Por esos mismos días, un episodio político colocaba a
Brasil en los titulares de los medios de comunicación bolivianos e
internacionales, ya que el senador Roger Pinto se encontraba asilado en la
embajada brasileña, en La Paz, alegándose perseguido político del régimen de
Evo Morales.
Política o fútbol, a escoger prioridades
Marcel Biato y Eduardo Saboia |
Así, dos asuntos totalmente distintos, creaban un conflicto mayúsculo y
colocaban a prueba las buenas relaciones diplomáticas entre Bolivia y Brasil,
relaciones provenientes de una afinidad ideológica entre sus dos gobiernos.
Porque para el gobierno del PT (Lula y Dilma) y para
Brasil, Bolivia y el MAS (Evo Morales) son muy importantes; tan
importantes, que enviaron como embajador a Marcel Biato, diplomático de
carrera, un hombre que, sin ser militante del PT, era parte del círculo más
estrecho de los habitantes del Palacio del Planalto, en Brasilia y gozaba de la
confianza de la persona que, conocida como MAG, en realidad, maneja los
hilos de la política exterior brasileña, no burocrática, esto es, fuera del Itamaraty (pero no en
discordancia), Marco Aurelio García, asesor jefe de la Asesoría Especial de la
presidenta de la República.
M.A. Ga |
Por lo tanto, era necesario dedicar todas las
atenciones para el caso de los 12 corintianos presos, sospechosos por la muerte
del joven Kevin, porque el episodio estaba relacionado con la mayor actividad
social del país, el fútbol, y que envolvía a la segunda mayor hinchada (se dice
30 millones de corintianos); cuanto más demorada su solución, mayor sería el
desgaste interno para el gobierno del PT; era preciso no repetir lo sucedido
anteriormente, cuando Lula fue duramente criticado por no haber actuado
"con más autoridad" frente al gobierno de Evo, cuando fueron intervenidas
las instalaciones de la Petrobras en ocasión de la nacionalización.
Ahí entró en cancha una figura que se tornaría
posteriormente el centro de las atenciones: el diplomático Eduardo Saboia.
Encargado de Negocios de la embajada de Brasil en La Paz, Saboia fue el
protagonista y ejecutor de la espectacular fuga de Roger Pinto a Brasil, aunque
para muchos, quede la duda de si Saboia fue el único autor de la trama y si
ésta se escribió solamente en portugués o en portunhol.
Porque de lo que a Saboia no se le puede
culpar, es de no cumplir sus obligaciones. Así él también fue encargado
de cuidar (y mejorar) la vida de los corintianos en Oruro y en esa
función intentó convencer, vía abogados, al fiscal de turno en Oruro de la
inocencia de los mismos. Recordemos que los fiscales Abigail Saba, Alfredo
Santos y Rubén Arciénaga ya tuvieron el caso en sus manos, sin ninguna
solución. Se dice que la fiscal María Portillo deberá asumir el caso.
Directo
al asunto
Limbert Beltran, papá de Kevin |
No demoró mucho hasta que los diplomáticos
brasileños se convencieran de que el
camino para una solución del caso de los barras bravas no estaba precisamente
camino a Oruro, mas, sí, en dirección a Cochabamba, donde vive Limbert Beltrán,
papá de Kevin, y la familia. Era en la Llajta donde sería preciso convencer de
que la justicia brasileña “castigaría ejemplarmente” al culpable por el
asesinato de Kevin; y para ello, demostraron que un joven, menor de edad, se
había declarado culpado.
Hasta hoy, todos saben que ese chico, que
es miembro de esa organización criminal que, con el mote de Gaviões da
Fiel, se abriga en el fútbol para cometer sus fechorías, es apenas una
"salida" al problema, porque, como menor de edad, no puede ser
encarcelado.
Prohibidos por la Conmebol de entrar a los
estadios donde Corinthians jugaba por la Libertadores de América, los barras
bravas comenzaron a presionar al presidente corintiano Mario Gobbi para que,
por su lado, y en nombre del Corinthians, exija del gobierno brasileño una
actuación más rigorosa en el caso de sus torcedores presos en Bolivia. Gobbi llegó viajar a Brasilia para pedir una solución rápida.
así, en el mes de marzo, día 14, por medio
del cónsul brasileño en Cochabamba, Mauricio Vitorino, la familia de Kevin
conversó con el Corinthians, cuando su presidente, Mario Gobbi, llegó a ofrecer
200 mil dólares de la renta de un juego como “ayuda humanitaria”, con la
intención de sensibilizarla para que declare que acepta que los hinchas
corintianos presos respondan al proceso en libertad.
Brasil,
fútbol y dictadura militar
El periodista Vladimir Herzog |
Los dirigentes del Corinthians ya habían
amarrado la ayuda de la embajada de Brasil en La Paz y del consulado en
Cochabamba, pero consideraban que no era suficiente, preciso se tornaba actuar
también actuar en el ámbito futbolístico y, para tanto, contactaron a la
Confederación Brasileña de Fútbol en la persona de su presidente José María
Marin,; el objetivo era que la selección brasileña (que buscaba amistosos)
jugara frente a la selección boliviana, en Santa Cruz de la Sierra. El
argumento era que la presión de los torcedores corintianos aumentaba, pues
comenzaron a salir a las calles a protestar.
Hábil, pero con la popularidad muy baja,
Marín aprovechó la oportunidad para quedar bien con Dios y con el Diablo y
aceptó llevar a la Canarinho a Santa Cruz, con la condición de que, independientemente
de la ayuda prometida por el Corinthians, parte de la recaudación de ese
encuentro sea destinada a la familia de Kevin, el joven asesinado.
Era necesario para Marín demostrar un
sentimiento solidario, pues, en esos mismos días, su nombre estaba en la
"boca de la tormenta" pues la prensa brasileña recordaba un
episodio que envolvía al presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol
(CBF), que en 1975, y como miembro de la Arena, partido político que
sustentaba a la dictadura militar, había acusado, desde la tribuna de la Cámara
Estadual de São Paulo, que “el noticiero de la TV Cultura de São Paulo era
portavoz del Partido Comunista”. En consecuencia, el jefe de prensa del canal,
el periodista Vladimir Herzog, fue detenido, torturado y a apareció muerto en
su celda, siendo versión oficial de la muerte "el suicidio por
ahorcamiento."
Chávez, Evo, Marín y Del Nero en Santa Cruz. |
Como el partido amistoso entre las
selecciones de Brasil y de Bolivia era, aparentemente, una acción noble,
el presidente Evo Morales aceptó la invitación del presidente de la Federación
Boliviana de Fútbol, Carlos Chávez, y asistió al encuentro. La imagen del
presidente Morales, compartiendo con Chávez y Marín (que se trajo también a
Polo del Nero, próximo presidente de la CBF), fue aprovechada para disminuir el
ímpetu de los fiscales en Oruro decididos en mantener presos a los gaviones
corintianos.
El Tahuichi en Santa Cruz de la Sierra, se
convirtió, entonces, en el escenario perfecto para que, paralelamente al juego
entre las selecciones de Bolivia y Brasil, sea encontrado un inicio de solución
al problema de los corintianos presos en Oruro. El propio
presidente Evo Morales, declararía, meses después, cuando los hinchas
corintianos ya disfrutaban de libertad en São Paulo, que él había interferido
para que eso aconteciera.
Vil
engaño
El juego que se olvidó de Kevin |
Por lo tanto, fuera del gramado también se
jugaba; para ello, llegó a Santa Cruz una comisión formada por parlamentarios
brasileños, encabezados por el diputado Vicente Cândido del PT de São Paulo, y
miembros de la embajada en La Paz, quienes se encargaron de convencer, vía
cónsul brasileño en Cochabamba, Mauricio Vitorino, a Limbert Beltrán, papá de Kevin, para
que vaya hasta Santa Cruz a presenciar el partido entre las selecciones.
“En Santa Cruz me dieron las condolencias
y me ofrecieron los 200 mil dólares; les dije que aceptaba y que no pondría
obstáculos para la soltura de los torcedores inocentes, pero que consideraba
que, por lo menos dos de los doce, tenían culpa en la muerte de mi hijo”, contó
el papá de Kevin al portal brasileño Uol.
Sanches y Lula |
Limbert dice también que se arrepiente por
haber pedido que el acuerdo entre la familia y los políticos brasileños
(que hablaban en nombre del Corinthians) no fuera divulgado, ya que nunca le
dieron el dinero prometido, por el simple motivo de que en la reunión en que
sellaron ese acuerdo, no se encontraba ningún representante del Corinthians.
Cândido y Gobbi |
El diputado Vicente Cândido, había Tomado la iniciativa de reiterar para la familia de Kevin, el anterior
ofrecimiento del club brasileño, de darle 200 mil dólares, confiado en la
su amistad con el actual (Grobbi) y con el ex presidente del Corinthians Andrés
Sanches (este muy amigo de Lula, ex presidente de Brasil).
No fue así, ambos dirigentes
corintianos negaron haber autorizado para que el parlamentario hablara en
sus nombres y menos en el del Corinthians. Andrés Sanches, inclusive, contrariamente
a un compromiso asumido, suspendió su viaje a Santa Cruz.
Para complementar el embrollo, Libert
Beltrán notó que él simplemente fue usado por dirigentes y políticos, ya que en
el partido en Santa Cruz de la Sierra en ningún momento, siquiera fue recordado
el nombre de Kevin y más bien se hablaba de “Paz y amistad en los estadios”.
El vil engaño estaba consumado, porque,
posteriormente, Carlos Chávez se hizo el desentendido respecto del motivo por
el que la selección brasileña de fútbol había ido a Santa Cruz de la Sierra.
Los
protagonistas
Para impresionar bien a la familia de Kevin y a la opinión pública, los corintianos usaron en prisión camisas con el nombre del joven hincha del San José, muerto por uno de su banda. |
Hoy, un año después de la tragedia,
ninguno de los doce hinchas del Corinthians fue punido; el menor de edad que se
presentó como siendo el que disparó el proyectil, continua en libertad;
Corinthians ya olvidó el episodio; el presidente del Corinthians, Mario Gobbi,
amarga una presión sin precedentes debido a la pésima campaña del equipo y a
las dificultades financieras del club, inclusive amenazó con renunciar; Andrés
Sanches , aspirante a la presidencia de la CBF, perdió espacio nacional para
tanto; los miembros de las barras bravas corintianas continúan yendo a los
estadios y cometiendo sus fechorías (la última, la semana pasada, fue la
invasión del propio Centro de Entrenamiento del Corinthians) por lo que algunos
fueron presos y otros están forajidos de la justicia, como Tiago Ferreira, uno
de los 12 de Oruro; el diputado Cândido Valente continua diputado; el
presidente de la CBF, José María Marín, continua presidente de la CBF; el
presidente de la Federación Boliviana de Fútbol, Carlos Chávez, continua
presidente de la FBF, y fue agraciado con el jugoso cargo de tesorero de la Conmebol;
el cónsul brasileño en Cochabamba continua cónsul; Eduardo Saboia, pese a que
está amargando un congelamiento profesional, continua diplomático; Marcel
Biato, también en la heladera, continua embajador, pero sin cargo; el
senador Roger Pinto, está libre en Brasil; la embajada de Brasil en
Bolivia continua sin embajador; y Marco Aurélio García, con problemas de salud
está prohibido de venir a La Paz, pero con el mismo poder en la política
exterior, no burocrática, brasileña. Y las relaciones diplomáticas entre
Bolivia y Brasil, de viento en popa.
Trabajando aún como profesores, los únicos
que sufrieron un duro castigo en toda esta triste historia, fueron los papás y
la familia de Kevin Beltrán que sienten la ausencia de su hijo, cuyos restos se
encuentran enterrados en la ciudad de Cochabamba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario