El entrenador de The Strongest consiguió para sí, y le transmitió al Tigre, un estilo propio. |
The Strongest tiene dos competencias para disputar, lo
que significa doble planificación de trabajo, ya que en la Libertadores no hay límite
de jugadores extranjeros en campo, pero en la Liga, sí.
Como siempre, con ese “perfil bajo” que les caracterizó en
los últimos años, los atigrados se
encuentran en Cochabamba a procura de conseguir tres puntos más, como visitante, esta vez
frente al Aurora, hoy, a las 18h00, por el torneo Clausura de la Liga del
Fútbol Profesional Boliviano.
En ese sentido, Villegas, que nunca nunca fue de
inventar esquemas, sabe que, en la práctica, con los mismos jugadores, tiene
que preparar al equipo y metalizarlo, para dos competencias totalmente
distintas. Vaya trabajo, porque el preparo físico adquiere contornos
relevantes. En ese sentido, urge la (re)habilitación, física y legal, de
Chumacero.
Pero The Strongest tiene una ventaja estructural adquirida
con el tiempo y trabajo, ya que, gracias al “buen ojo” (y conocimientos) de su
entrenador, consigue modificar la
estructura del equipo durante el mismo juego; así venció, por ejemplo, su
último encuentro frente al Sport Boys y así se consagró campeón.
Me da la impresión de que existe un pacto interno
interesante en el Tigre, ya que veo que el capitán Pablo Escobar, es el
encargado de hablar de asuntos coyunturales del elenco (esto es, de todos los
jugadores) y su relación con el club, y, por su lado, el entrenador Villegas
emite opiniones del ámbito técnico. A ello se suma que los dirigentes atigrados
se limitan a intervenir cuando deben explicar aspectos institucionales.
Sinceramente, no sé si todo eso fue planificado, pero
estoy convencido de que se trata de una muestra de profesionalismo, lo que me
parece un avance importante. Bien al estilo de Eduardo Villegas.
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