Los Puma Katari, hoy, 24.02., día de su estreno. |
La línea más famosa (casi histórica) de La Paz, o simplemente "El 2". Orgulloso, su propietario Raúl Arroyo (foto: La Prensa). |
(Hago un paréntesis en el deporte, para comentarles
algo sobre el transporte público de pasajeros en La Paz).
El día lunes, 24 de febrero de 2014, entrará a la
historia del transporte público de pasajeros de La Paz, pues nuestra ciudad
retomará una práctica que era normal
hasta mediados de la década del 70´, el transporte colectivo. Hasta esa época,
había sindicatos de colectiveros bien organizados que exigían orden, respeto y
limpieza a sus "maestros" y "cobradores".
El Sindicato San Cristobal, de color rojo, con su sede
en Miraflores e iba hasta Alto San Pedro, su línea bandera, el 8; el Sindicato
Villa Victoria, color verde, con sede en Villa Balazos e iba hasta San Jorge,
con su línea principal, el 5; el Sindicato Eduardo Abaroa, color azul, con
sede en Tembladerani, y era el único circular, como hasta hoy, con salida y
llegada en Tembladerani, aún mantiene "El 2",que es la línea más famosa de
La Paz; y el sindicato Litoral, con sede en Obrajes, al lado de la entonces
gasolinera (altura de la calle 15), era la que tenía dos líneas bandera: el 1 y el 11, ésta que llegaba solamente hasta la Plaza de San Pedro.
Era costumbre que los jóvenes y caballeros cedan el
asiento a las mujeres, a las personas mayores y a los niños; ni qué decir de
las embarazadas.
Habían frases típicas en el transporte público de
entonces: “Un rato maestro”, “cómo es
chico!”, “vamos maestro”, cuando se comunicaban entre el chofer y el cobrador a quien
se lo identificaba por llevar una gorrita en la cabeza, conocida como “calatrava”.
Para comunicación entre el pasajero y el chofer y vice
versa: “esquina maestro”, voy a bajar al vuelo maestrito”, “pasen, pasen, al
centro hay campo”.
Y los diálogos entre pasajeros y cobradores: “pasajes,
pasajes”, “chico mi cambio”, “apúrese pues señora”.
Un salto en el tiempo y en el espacio con los modernos Puma Katari. (foto APG) |
A partir del
lunes, 24 de febrero, daremos un salto en el tiempo y, literalmente, en el
espacio, porque ahora existen paradas estipuladas, no hay “esquinas” y las personas con capacidades diferentes y las
embarazadas tendrán asientos exclusivos. No hay cobradores, más bien, hay
jóvenes y señoritas cómodamente sentados, haciendo de “anfitriones” dentro de
los vehículos, controlando; ahora ya no hay los “maestros”, están los señores choferes (entre ellos dos mujeres (una de pollera)), debidamente uniformados
y con vistosos “gorros” amarillos; y, lo
mejor, el servicio funcionará 24 horas y los horarios que serán
celosamente cumplidos.
Son los Puma Katari, que llegaron para quedarse.
Parece que despertamos de una pesadilla y que la
presencia de los minibuses en nuestras vidas fue simplemente un sueño.
En hora buena.
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