La incompetencia de The Strongest fue de tal tamaño, que no se dio
cuenta que tenía a su frente un equipo más incompetente, Trujillanos.
Si el equipo dirigido por Soria hubiese jugado 70% de lo que juega, el
resultado le sería favorable.
Pero no.
En el primer gol de los venezolanos, tres estronguistas estaban marcando
al jugador que dominaba el balón e, increíble, cometieron falta.
En seguida, la segunda falla: barrera que salta, se da vuelta y arquero
mal ubicado. Gol del Trujillanos, Carlos Sosa, a los 31 minutos.
Sintiendo el golpe, Strongest se lanzó al ataque, pero con mucho
desorden y sin contundencia.
Neuman, en apenas un minuto, consiguió fallar dos jugadas, que otro
futbolista, con mayor capacidad y sin ninguna vergüenza para dar “puntazo”,
concluiría la jugada para gol y cabecearía con los ojos abiertos y cruzado.
Para el segundo tiempo, obvio, el Tigre tenía que atacar más; lo hizo,
pero la incompetencia de sus delanteros sobresalió.
Alonso, que antes había marcado el gol del empate a los 21 minutos, cobrando
falta y contando con la mala suerte del arquero adversario, podría haber
decidido el cotejo, en una jugada en la que estaba solo frente al arquero, pero
su incompetencia determinó lo contrario.
Cuando todo hacía creer que el juego terminaría empatado (lo que sería
muy bueno para el Tigre), los locales aprovecharon que la visita se había
concentrado a centímetros de su área grande para defender el resultado, buscaron
una falta y encontraron un penal.
Cova marcó, a los 48 minutos. Final: 2 x 1.
The Strongest sigue con vida en la Libertadores, gracias al accidente
del Pacaembú, donde venció al São Paulo (0 x 1), equipo al que tendrá que vencer
para clasificar, el próximo día 21 en La Paz.
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