Para todas las actividades profesionales, la experiencia es fundamental,
por todos los conocimientos adquiridos a través del tiempo y de la práctica.
Alguien decía “para ser bueno, hay que quemar etapas”.
Nada más cierto.
En la actividad de entrenador de fútbol, eso es más que necesario.
Independientemente del título de entrenador obtenido en instituto
autorizado, para llegar a equipos profesionales, los entrenadores deben
necesariamente de adquirir experiencia en divisiones menores, instituciones de
expresión pequeña e ir saboreando el gusto profesional.
Algunos entrenadores consagrados pasaron por el camino de la asistencia
técnica, inclusive.
Pena que dirigentes de clubes grandes no tomen en cuenta esa situación,
antes de contratar a ex jugadores para entrenar equipos, por más “cariño que
tengan a la institución”.
El Blooming de Santa Cruz de la Sierra es, hoy, un ejemplo claro de ello.
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