Incansable, Juan Carlos Arce marcó tres de los cinco goles de Bolívar frente al Deportivo Cali. |
Al jugar un fútbol simple: marcar en todos los sectores, recuperar el balón y saber exactamente
qué hacer con la redonda, Bolívar dictó el ritmo y fue superior al Cali, en
todos los sectores.
Y es exactamente en ese “saber
qué hacer”, que estuvo el secreto del equipo colocado en campo por Insúa,
porque al mostrarse y ocupar espacios vacíos, los jugadores que no poseían el
balón, facilitaban el trabajo para quién lo tenía.
A eso yo le llamo jugar sin
balón.
Lo más difícil en el fútbol
boliviano es encontrar a un compañero para entregarle el balón, el llamado
pase. Sin el pase corto y largo, bien hecho, un equipo no funciona, se trunca,
es deficiente.
Equipo que juega al pelotazo
(pase largo a donde sea), es equipo mal entrenado, física y tácticamente.
Pelotazo y pase largo, son cosas totalmente diferentes.
Los cinco goles marcados por
Bolívar pueden parecer mayor mérito a quien hizo los pases, todo bien, pero me
parece que fueron debido a la mayor virtud de los que se desmarcaron y
concluyeron las jugadas.
En ello, Arce, Capdevila y
Cardozo, estuvieron muy bien, como la mayoría del equipo..
Y los cambios realizados, a
partir del minuto 10 del segundo periodo, no le quitaron a la Academia esa característica.
Jugar sin el balón es muy
importante pero, para ello, es necesario estar bien preparado físicamente y
tener buena voluntad.
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