miércoles, 2 de marzo de 2016

SIN RIVAL, EL TIGRE ESCONDIÓ SUS GARRAS; ESE NO ES SU ESTILO

Tenía todo para ser una fiesta, pero The Strongest no tuvo ritmo para animar. (foto: La Razón). 
Mal partido, inmerecido para un público generoso que al final aplaudió a The Strongest más por los tres puntos conquistados, que por el fútbol presentado frente a un Trujillanos de Venezuela, mediocre y sin personalidad, a quien venció por 2 a 1, por el Grupo 1 de la Copa Libertadores de América.

Pablo Escobar, a los 17´y Ernesto Cristaldo, a los 32´, marcaron para el Tigre; parecía que se vendría una goleada, porque el rival era muy flaco.

Y es justamente por la mediocridad del adversario que aparecieron las serias dificultades de conclusión de los jugadores estronguistas, sobretodo en el segundo tiempo,  porque, en lugar de mostrar ser un equipo, demostró tener individualidades incapaces de concluir las jugadas.

Cada uno por su lado, quiso marcar gol, lo que sería un mérito, no fuese la facilidad con que se llegaba al arco del equipo venezolano.

El planteamiento de Mauricio Soria fue correcto, pero la interpretación del juego por parte de sus jugadores estuvo errada: muchos disparos de fuera del área y demasiados lanzamientos, cuando lo primordial era disponer criteriosamente la pose del balón, llamar al adversario a la intermediaria, abrir espacios para entrar tocando en velocidad.

El Tigre debe agradecer por los tres puntos, a un equipo visitante que prácticamente no existió en campo y así mismo consiguió marcar un gol, aún en el primer tiempo (James Cabezas, a los 37´),  debido a la falta de concentración del medio campo y de la defensa del cuadro paceño.


Parece irónico, ya que el Tigre, cuando encuentra partidos difíciles saca sus garras en procura del resultado, pero cuando la faena es fácil, se pierde y no tiene paciencia y toque de balón para definir.

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