La llegada del presidente de
la Fifa Gianni Infantino a Bolivia, hoy, es un agradecimiento por los votos recibidos
para su elección, de parte de todas las federaciones asociadas a la Conmebol.
Por lo tanto, es un viaje de su propio interés.
Ciertamente, en Cochabamba,
Infantino hará promesas de ayuda económica para la construcción de un Centro de
Alto Rendimiento, al igual que lo hicieron anteriormente los ex presidentes
Joao Havelange y Joseph Blatter; prometerá defender el derecho de Bolivia jugar
en la altura; dirá que la Fifa va a inyectar
más recursos para los países de la región, pero que será más estricta en el control de gastos, etc., etc., y jugará al fútbol junto
al presidente Evo Morales.
Actividades y promesas que
son nada más y nada menos propias de quien ejerce el cargo de presidente de la
Fifa.
Lo que no entiendo es si
todo ello es merecimiento para que se le entregue el “Cóndor de Los Andes en el
Grado de Gran Cruz”, la mayor condecoración boliviana.
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