Persona generosa. Conviví con él en la calle Pando, entonces casa del policía,
en La Paz, cuando éramos jugadores de Litoral.
Por su generosidad, viví un tiempo en la casa de sus papás, en Buenos
Aires, cuando decidí emigrar, después del golpe de Banzer.
Benjamín Robles era de las personas que se preocupaba mucho por sus amigos, futbolistas
o no.
Zurdo, era dueño de un potente remate, con el que marcó muchos e
importantes goles.
Jugó en Litoral, al llegar de Argentina, proveniente de las inferiores
de Atlanta, junto con Awad, Ocampo y Aguilera. Vistió también las camisas de
Municipal y Olímpic, pero fue The Strongest el que siempre estuvo en su
corazón, al igual que el Tano Fontana, por el que mantenía un gran cariño.
Al igual que muchos otros grandes jugadores bolivianos y extranjeros que
hoy se encuentran vivos, pero olvidados, inclusive por el periodismo deportivo,
Benjamín Robles pasó serias dificultades, dificultades que enfrentó con la
misma dignidad con la que se entregaba en la zaga de los clubes que defendió.
Benjamín Robles falleció hoy de madrugada, en la ciudad de Oruro.
Descansa en Paz, Benjo.
Y gracias por todo.
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