Hace muchos años, oí alguien decir: “Parece
pato criollo, a cada paso hace una cagada”, para referirse a la tradicional “metida
de pata”.
La frase la recordé a propósito de la FBF - Federación Boliviana de
Fútbol, cuya actividad ejecutiva, en realidad, se resume a dos personas: Carlos
Chávez y “Tico” Lozada, presidente y gerente, respectivamente.
En las últimas horas, tres episodios, o, mejor, tres “metidas de pata”
de la FBF
1. Presionar a Jorge Dicormis para que llame a “elecciones”
para el Comité Ejecutivo de la Liga del Fútbol Profesional Boliviano;
2. El viaje del asesor Julio Peñaloza Bretel a la ciudad
de Potosí, para conversar con el presidente del Comité Cívico de esa capital, Jhonny
Llalli, a fin de sondar un posible “perdón” a Maurício Soria, ex entrenador
interino de la selección nacional de fútbol, y así justificar la intención de ratificarlo
en el cargo;
3. Promover el viaje del argentino Néstor Clausen, entrenador
de “solo un partido” de la selección nacional de fútbol, para que, en nombre de
Bolivia, participe y hable en el "Congreso de Entrenadores Chile 2014", que se reúnen
para analizar la “Proyección y Evolución en el Fútbol.”
Los tres casos representan la improvisación y el desorden de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF).
El resultado, claro, es hediondo:
1. Jorge Dicormis ya había reconocido a la nueva directiva de la
Liga del Fútbol Profesional Boliviano, habiendo,
inclusive, conversado con Fernando Humérez, el paso y la transición
administrativa de la entidad.
2. El periodista Julio Peñaloza Bretel, viajó con la
mejor de las intenciones y “para cumplir su obligación”, entiendo, pero sufrió
desgaste innecesario, al escuchar palabras que debieran ser dirigidas a Carlos Chávez.
Con el episodio, el nombre de Maurício Soria quedó definitivamente descartado.
Lo contrario, confirmaría el título de este post.
3. Con relación a "la evolución" del fútbol boliviano, Néstor Clausen, gracias a la tradicional retórica argentina,
fue sincero, al dirigirse a la platea de entrenadores en Chile, porque simplemente no tenía que contar respecto del tema, pero terminó de quemar la imagen
de Carlos Chávez, cuya mala administración fue desnudada internacionalmente. Y,
para aumentar la hediondez de la FBF, Clausen
consiguió pisar encima de la “caca”,
al calificar la histórica reivindicación marítima boliviana como “un chiste”.
En tiempo, recordemos que los patos, como todo ser vivo, hacen sus
necesidades naturalmente.
A esta altura, no consigo entender si la FBF imita a
los patos o si los patos imitan a la FBF.
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