Una victoria, literalmente, para calmar los ánimos.
En términos futbolísticos, nada más que eso.
Poco fútbol, pocas emociones, hasta porque el amistoso fue demasiado
amistoso.
Tres goles marcados por Bolivia, contra una Venezuela que en la su medio
sector tiene sus mayores deficiencias.
Las mismas deficiencias
bolivianas por las que le marcaron dos goles.
La victoria boliviana evitó que el poco público (poco más de 12 mil
personas) se manifestara contra Carlos Chávez y su "secretario" Tico Lozada, a
rigor, los dos únicos mandamases en la Federación Boliviana de Fútbol,
presentes en el Siles, a quienes la opinión pública futbolera nacional no los
quiere.
El partido principal, el verdadero, todavía está en curso y su final está marcado
para el próximo 28 de noviembre, en Santa Cruz de la Sierra, fecha en la que
Carlos Chávez intentará ddesconocer a la nueva directiva de la Liga del Fútbol Profesional
Boliviano, encabezada por Fernando Humérez y apoyada por el opositor al presidente de la Federación Boliviana de Fútbol, Guido Loayza, presidente de Bolívar.
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