Una muestra de cómo responder a los imbéciles que aún frecuentan los estadios del fútbol del mundo, fue dada por Daniel Alves, el brasileño jugador del Barcelona, cuando antes de cobrar un tiro de esquina, en la cancha del Villarreal, simplemente se agachó, levantó del suelo una banana y con la mayor naturalidad la peló y se la comió.
La preciosa fruta es indispensable para los futbolistas, y deportistas en general, por ser rica en potasio, aumenta la energía, previene los calambres y contribuye para una mejor actividad muscular.
Constatación: El animal estaba en las tribunas.
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