Cada equipo hizo la tarea de casa y la clasificación
la decidió para sí, el que tuvo más tranquilidad y competencia para cobrar los
penales.
Eso de que decisión por penales “es una lotería”, no
existe.
Porque los penales hay que saber cobrarlos y, sobre
todo, el orden en el que deben participar los jugadores en esas decisivas
condiciones también es importante.
Quien cobra el primer penal es siempre el jugador más
capacitado para ello y, sobre todo, el que en el momento se encuentre más tranquilo, menos
ansioso.
Por eso es que fallar el primer penal, puede significar el
inicio de una sesión de nervios. Así fue.
Y aconteció justo con el paraguayo Cristaldo que,
cuando está en cancha, es el cobrador oficial de faltas del Tigre y por ello,
me imagino, fue designado para iniciar la cobranza de las 12 yardas.
Le fue mal, nada más que eso; justo a él que ya decidió
tantos partidos con sus fuertes y direccionados disparos de fuera del área
grande.
Durante los minutos reglamentarios y con el balón
rodando, The Strongest cometió pecado al no adelantar 5 metros sus filas y
presionar la salida del equipo adversario. A eso se sumó el hecho de que nadie
disputaba los balones aéreos enviados por su defensa, que eran devueltos de inmediato por los zagueros
uruguayos. Así jugó el equipo local durante dos tercios del partido, en cancha
boliviana, lo que desgasta a cualquiera.
Creo que el primer defensor, cuando se juega de
visitante, de ser siempre el delantero, pero Reinoso y Escobar fallaron y dejaron
que los zagueros adversarios salieran siempre apoyando.
Si de consuelo sirve, se debe reconocer que Sporting
no fue, ni es superior futbolísticamente a The Strongest.
Pero nos falta ser menos ingenuos y entender que
cualquier tiempo, dentro de los 90 minutos es tiempo de marcar gol, cuando la
oportunidad aparece.
Reinoso no lo entendió así, a los 14´del primer
tiempo, y ese fue un factor decisivo para la eliminación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario