Bolívar enfrenta al León de México con la ilusión de
repetir la Victoria de la primera fase de la Libertadores.
Y como ilusión es sinónimo de espejismo, es bueno llevar
en cuenta que la última victoria celeste frente a los mexicanos se debió, sobre
todo, a la falta de conclusión de éstos, que atacaron tanto que la sorpresa fue
mayúscula cuando Ferreira aprovechó una de las poquísimas oportunidades para
marcar el gol.
Claro, en esa oportunidad, la máxima del fútbol “a quién
no marca gol, le marcan” se cumplió, como confirmando que en el fútbol sí hay
lógica.
O sea, por lógica, la duda es si los mexicanos
encontrarán al arquero bolivarista Quiñones nuevamente en noche inspirada, y si
sus delanteros volverán a entrar a la cancha haciendo gala de mala puntería.
Para conseguir la clasificación, Bolívar deberá tener
muy en cuenta el reglamento, que indica que gol como visitante vale el doble y,
claro, hacer lo posible para que no le marquen muchos.
Ahí, la expectativa táctica es si los celestes de La
Paz esperarán en su cancha a los verdes leoninos, buscando el contra ataque,
jugando con apenas un delantero (Ferreira), o si buscarán también el arco
adversario, jugando un poco más adelante, colocando también a Arce.
Desde ya, si Azkargorta juega con tres zagueros, como anuncian,
el goleador uruguayo de Bolívar ciertamente amargará la misma soledad del anterior
juego en tierras mexicanas, en la ofensiva.
León es el favorito, desde donde se lo vea, pero, como
una vieja frase brasileña dice “el fútbol es una cajita de sorpresas”.
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