No hay destaques, nos falta alguien capaz de desequilibrar.
Tenemos un equipo en formación, con poca creatividad y, sobretodo, muy previsible.
El juego contra Paraguay mostró las deficiencias de la Verde en las cuatro líneas.
Poca velocidad para salir de la defensa para el ataque, sobre todo por las bandas y ausencia de un “puente” en la media cancha, capaz de unir esos dos sectores.
No hay buen ataque sin una buena asistencia del medio campo y de los laterales.
Para convertir goles, el balón tiene que llegar a los atacantes (foto), literalmente, en bandeja, a no ser en balones parados, cuando todos los buenos cabeceadores esperan que el esférico llegue por el aire.
Lo positivo de este grupo parece ser el entendimiento de lo que el entrenador Edwin Sánchez quiere. O sea, continuidad en la marca y en el pase.
Algunos llamarían eso de actitud; prefiero decir que es una obligación de todo equipo. Ojalá esa actitud obligada se consolide lo más pronto posible.
La Copa América está en la puerta.
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