martes, 5 de junio de 2007

FIFA, una gran familia

Por EZEQUIEL FERNÁNDEZ MOORES

La Nacion, Argentina

Asumió como presidente en 1998, en lugar de su querido Joao Havelange, y ganó en elección apretada, 111 votos contra 80 del sueco Lennart Johansson. En la votación siguiente, en 2002, fue reelegido por goleada: 139 a 56 contra el camerunés Issa Hayatou. Y este jueves en Zurich ya ni siquiera hubo que votar. Los 207 delegados del Congreso lo reeligieron por aclamación. El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, está hoy más poderoso que nunca.

A Johansson le aplicó el definitivo golpe de nocaut cuando Michel Platini, su delfín, lo desplazó este año como nuevo presidente de la UEFA. Hayatou fue silenciado con la presidencia del Comité Organizador del Mundial de Sudáfrica 2010. Y ya había despedido en 2002 a su más fuerte acusador, su ex mano derecha Michel Zen Ruffinen, que lo había denunciado por 21 cargos ante la justicia suiza, acompañado de 11 de los 24 vicepresidentes de la FIFA.

Hoy, en cambio, todos lo apoyan. Es cierto que el G14, que agrupa a los clubes más poderosos de Europa, mantiene su juicio reclamando una indemnización de 860 millones de euros por la cesión de los jugadores a las selecciones nacionales. Pero las disputas entre esos clubes que se sacan los ojos por un jugador abrieron grietas que la FIFA ya ha sabido aprovechar.

Los amigos, en cambio, siguen recibiendo favores. A Brasil y Argentina se buscó beneficiarlos con el veto a seguir jugando sobre más de 2500m de altura, aunque la Conmebol, se anuncia ahora, atenuará la decisión para calmar la furia liderada desde La Paz.0

Pero el principal beneficiado sigue siendo Jack Warner, el trinitense que aporta a Blatter los 35 votos en bloque de la Concacaf. Se comprobó que Warner revendió boletos del Mundial por casi 5000 dólares el paquete y que amasó con ello una ganancia cercana al millón de dólares. Escandaloso. La FIFA sólo lo obligó a devolver 250.000 dólares. Y nada dijo además de los otros negocios de Warner, que vendió hasta el catering en los estadios cuando Trinidad y Tobago fue sede de un Mundial Sub 17, sin contar la reventa en la región de los derechos de TV de Copas Mundiales. Warner, lejos de ser castigado, sigue siendo presidente de la Comisión de Mundiales Sub 17 y Sub 20, vice de Finanzas, vice del Comité Ejecutivo y miembro de las Comisiones más importantes de la FIFA.

Warner es un protegido de Blatter. Fue grotesco el papel de ambos en el programa Panorama de 2006 de la BBC negándose a responder al periodista británico Andrew Jennings, autor de un libro de título elocuente: "Foul!, El Mundo Secreto de la FIFA: Sobornos, Falsificación de Votos y Escándalo de Entradas". Jennings denuncia sobres con dinero entregados antes de las votaciones y reventa de boletos mundialistas. Pero más fuerte aún es el escándalo de la quiebra de ISL, el ex brazo comercial de la FIFA. Jennings dijo en Panorama que fue la propia FIFA la que devolvió dinero al síndico de la quiebra, Thomas Bauer, luego de que éste denunció pagos de coimas a dirigentes del fútbol. Jennings no entiende por qué ningún delegado de la FIFA pregunta a Blatter por qué razón fueron allanadas sus oficinas de la FIFA, en noviembre de 2005, por orden del juez de la quiebra, Thomas Hildebrand. ¿Y por qué nadie se indignó por las graves acusaciones del abogado Martyn Hyman, de una tarjeta de créditos ex patrocinadora que terminó demandando a la FIFA ante los tribunales de Nueva York? La página 446 de ese expediente contiene una descripción lapidaria sobre "las mentiras de la FIFA".

"Puede ser que el cincuenta por ciento de lo que dice Jennings esté bien fundamentado y que el otro cincuenta sean licencias poéticas, pero me gustaría que fuera todo mentira", dice John McBeth. El dirigente escocés fue despedido de modo fulminante esta semana como representante británico en el Comité Ejecutivo de la FIFA después de denunciar corrupción en la Concacaf de Warner y en Africa y comprometer a Blatter. "Si me cruzo con corrupción tengo que denunciarla, mantenerme en mis convicciones y no dejarme seducir", cree McBeth, la única nota disonante en medio de tanta "Blattermanía".

"Los delegados de la FIFA -me dice Jennings desde Gran Bretaña- son unos cobardes". Cuando Blatter asumió en 1998 el Mundial de Francia recaudó 90 millones de dólares de TV. El de Alemania 2006 pagó 910 millones. Diez veces más. Ya no está más la ISL del fallecido Horst Dassler, quien solía celebrar su cumpleaños conjuntamente con Blatter. De ahora en más, la reventa de los derechos estará a cargo de Infront, una firma suiza comandada por Philippe Blatter. Sí, Philippe es el sobrino del presidente. La FIFA, ya lo dijo el tío Joseph, es una gran familia.

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