La relación técnico-jugadores fue determinante para alcanzar los primeros lugares.
Ya lo escribí, Real Potosí es el legítimo campeón del Torneo Apertura de la Liga 2007.
Méritos para un equipo que tuvo en la directiva uno de sus pilares fundamentales, al cumplirles sagradamente los compromisos económicos.
Pero méritos también para Mauricio Soria, el entrenador, que supo relacionarse con sus comandados.
El mismo mérito se le puede dar al La Paz Fútbol Club, comandado técnica y tácticamente por Sergio Apaza, y cuya dirigencia también supo y tuvo como cumplir con sus jugadores mes a mes.
El tercer lugar y el significativo logro de representar al país en la Sudamericana, es un premio justo para el equipo paceño.
El segundo lugar alcanzado por Oriente Petrolero también tiene orígenes similares, sobre todo en lo que se refiere al trabajo de Nestor Clausen, que infelizmente ya se fue.
Por coincidencia, Wilstermann decayó futbolísticamente, en proporción al desgaste de la relación del entrenador argentino Insua con los jugadores.
Infelizmente para Bolívar, Marco Antonio Sandy retornó tarde.
Lo mismo que Félix Berdeja a The Strongest.
Los otros equipos, bueno, fueron los otros, nada más.
En nuestro medio, en donde la crisis económica visita a todos los sectores del fútbol, una buena relación (con autoridad sin ser autoritaria) es importante para el rendimiento de los jugadores fuera y dentro de la cancha.
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