El
30 de octubre de 2007 escribí en este mismo Blog comentario respecto de la
designación de Brasil como la sede de la Copa del Mundo 2014. Lean en
Pasaron
7 años, y una Copa del Mundo después, justamente en el África de Nelson
Mandela, que acaba de adelantársenos, la Copa en Brasil comienza hoy, viernes, 6
de diciembre, con el sorteo de los grupos.
El
Brasil ya no es presidido por Lula da Silva y sí, por Dilma Rousseff, del mismo
Partido de los Trabajadores (PT).
La
Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) ya no es presidida por Ricardo
Teixeira, pero, sí, por José María Marín, del mismo grupo ligado a las
dictaduras militares, legado de João Havelange.
El
presupuesto inicial de mil 100 millones de dólares para la organización de la
Copa, fue ultrapasado en muchos otros millones.
Millones
que además testifican que el Brasil de hoy experimentó un crecimiento
económico importante, pese a que aún persisten innúmeros problemas sociales, sobre todo en
las camadas más populares de la población brasileña, población esta que, debido
a la política cada vez más elitista de la FIFA, estará alejada de los estadios
durante la cita mayor del fútbol mundial en tierras brasileñas.
Pero
como expresó entonces el presidente Lula, la Copa es un “compromiso de
Estado”, y el compromiso está siendo cumplido.
Al
final de la contienda, en los primeros días del mes de agosto de 2014, sabremos
si la Copa fue buena para Brasil, dentro y fuera del campo de juego.
Buena
suerte.
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