Anderson Silva, conocido como
Spiderman, es considerado el mejor luchador del “Todo Vale” (hoy conocido como MMA) de todos
los tiempos.
En la intención de recuperar el “Cinturón
de los Medios” se preparó como nunca, para entrar al Octógono en el UFC 168, la
madrugada del domingo, e intentar vencer al norteamericano Chris Weidman. No lo
consiguió.
Leí que en el primer round perdió y
que la situación no sería nada fácil para el ídolo brasileño. Al minuto y poco
del segundo round, en un movimiento para ejecutar uno de sus golpes preferidos
(“la patada demoledora”) ocurrió el peor accidente de su carrera: fractura de
dos huesos.
Para mí, esa actividad típica de los
norteamericanos gananciosos, donde una persona intenta masacrar a otra persona,
no es deporte y poco interesa. Una actividad donde un ser humano se prepara para violentar la humanidad de otro, por medio de todo tipo de golpes y en la que una de las únicas prohibiciones es “jalar los cabellos”, no puede ser considerada deporte.
Lo que me llamó la atención de ese
episodio (motivo de este comentario), es la insistencia de los medios televisivos y de internet, en mostrar
innúmeras veces la escena del lamentable episodio con Anderson Silva.
Cuanta morbosidad.
La Rede Globo, detentora de los
derechos de televisación para Brasil, ocupó un tercio de las dos horas su
programa deportivo dominical “Esporte Espetacular” y en todo ese tiempo mostró “mil
veces” el momento de la desgracia.
Y en Bolivia no debe ser diferente.
Por lo menos en internet no lo fue.
Quiero ver si en los programas deportivos
de televisión bolivianos de este lunes hay mejor criterio periodístico.
Ojalá sí.
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