Leonel Messi podía optar por defender a la selección de fútbol de España,
país que le permitió ser todo lo que es y tener todo lo que tiene.
Inclusive dignidad.
La misma dignidad que le llevó a escoger vestir la camisa de la
selección Argentina, país que le vio nacer.
Pero país en el que mucha gente no le respeta.
Las lagrimas que Leonel Messi vertió la noche de domingo al final del juego con Chile, son muchísimo
más significativas que un penal y un título perdidos, porque penales y títulos
se pierden y se conquistan siempre.
Llorar es tener sentimientos y también es una forma de reconocer la
culpa de algún tropiezo, más aún, si ese tropiezo remueve carencias de un
país todo.
Por eso, tengo certeza de que Leonel Messi volverá a vestir la camisa de la
selección argentina de fútbol y hará llorar de alegría muchas veces a toda una
nación.
El deporte en general y el fútbol en particular son bellos, porque
permiten aflorar pasiones y emociones que, a veces, se encuentran escondidas.
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