Subiéndose a la onda de moralismo, como si no conocieran lo que pasaba
en las entrañas de la FIFA, sus grandes patrocinadores comienzan a dar un paso
al costado, exigiendo que la entidad mayor del fútbol mundial limpie la casa a
fondo, para continuar inyectando sus millones de dólares.
Lean más, en el informe de El País:
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