Pero Argentina y Chile
tienen en su sector intermedio el lugar exacto para crear las jugadas
ofensivas, apoyadas permanentemente por sus laterales volantes, con mucho
criterio para llegar a la defensa adversaria: Messi, Pastore y Di María, por un
lado, Valdivia y Vidal, por el otro.
Y los dos ostentan atacantes
definidores y con mucho olfato goleador: Agüero, por los argentinos, y Sánchez
por los chilenos.
Son dos equipos en el
sentido lato de la palabra.
La diferencia entre los dos,
diferencia a veces decisiva, es que los argentinos poseen, en número, jugadores talentosos y habilidosos capaces de
decidir un juego con apenas una de sus jugadas.
Por ello, se espera un juego
con mucha marca en el medio sector.
El hecho de los chilenos
jugaren como locales, puede ser también factor importante, caso ellos no sepan
soportar la presión de su hinchada, según vayan pasando los minutos.
Los argentinos, por su lado,
también tienen sus presiones, pero presiones internas, porque saben que con los
nombres que tienen en el equipo, están prácticamente obligados a vencer.
Gran partido.
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